lunes, 26 de noviembre de 2007


Como una muñeca de trapo,
no porque me usen sino por ser un tanto insensible…
Trato de encontrar el camino pero me pregunto mil veces dónde está?
Me he envuelto entre los brazos de pasajeros y de amores,
me he desvestido yo misma ante el espejo tratando de encontar ese amor que se pierde,
que se confunde, que se olvida…
Mis pensamientos nos acercan o nos alejan?
Mis manos te tocan o te queman?
Mis sueños te aman o te desvelan?
No soy igual a las otras,
yo por lo general prendo vuelo.
Quiero estar en ese cielo azul donde vuelan los otros
sin sentir ningún miedo.
Quiero explotar mis cadenas,
encontrarme con las partes de este infierno que me dejaste tejido con tus dedos.
Me desaparezco,
quiero ser transparente,
gota de agua,
nube viajera…
Quiero que me tomes en tus brazos y me convenzas de quedarme;
que me ames con tus ganas,
que me llenes de ilusiones aunque sean pasajeras.
Bésame la cara,
apriétame fuerte cuando duerma,
hazme sentir que aún vale la pena.

lunes, 19 de noviembre de 2007

El ruido de fondo

No hace falta mucho para que de tus ojos salgan palabras… Son momento fugaces llenos de vida, derroches de amor de esos que nos damos… Dejamos de sentir, dejamos de pensar, solo que esta vez me tejiste una red para caer despacio sin lastimarme. Y me fui de viaje astral entre tus brazos, me volví aire por un momento fantástico.

Aquel momento que se volvió eterno, una canción infinita que nos permitió hundirnos en un instante sereno, lleno de flores, de colores, de una pasión por estar vivos, por cerrar los ojos y darnos cuenta que estamos prendidos de algo que va más allá de nosotros mismos, más allá de los sabores y extrañas figuras que nos difuminan.
La música nos movía, yo un poco mas como de costumbre, hasta que al final nos sincronizamos en un ritmo mágico y tus palabras empezaron a envolverme mariposa en su capullo, me empezaron a sonar en el alma como campanas y las incluí todas en pequeñas porciones dentro de mi cabeza, dentro de los momentos que quiero recordar por siempre…

Me das fantasía, una casi de niña. Me limpiaste la cara, me encuentras a mi misma, me permites ser solo yo, no mujer, no nido, no cuerpo, no olvido, me permites ser alma… ser contigo solo un alma y entendernos mejor que lo predicho. Y me haces volar llena de gorriones encendidos, me atropellas con corazones la vista.

Es increíble me permites olvidarme del ruido del fondo, concentrarme en nosotros, en segundos de eternidad y solo sentir como se flota, como se vuela, como se respira sin importarnos un bledo lo que pasa a nuestro alrededor. Nos confundimos, nos volvemos transparentes, nos vamos de la mano al país de las maravillas.

Esto, a esto le llamo amor… es solo aprender a compartirse, dejar de lado lo que somos… solo sentir…

Gracias por ese instante perfecto… gracias por estar conmigo…
Love U!!!

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Si me acerco a tu puerta y dejo abrir mis ojos de fiera; si me deshago las horas enteras entre suspiros y miedos; si me estremezco imaginando lo que hay allá afuera…
Me convierto en gata, me transformo y me asomo a mi ventana. Me oculto tras la cortina de seda que deja translucida mi figura y te observo. Observo como te vas a lo lejos, como te acercas. Te observo fijamente como a mi presa y me imagino las maravillas de tu belleza.
Pasa el tiempo y que me importa, te estoy esperando acá adentro; yo quiero encontrarte, quiero tenerte, quiero vaciarte y hacerte un pastel.
Me pregunto qué miran los otros tras sus ventanas, encontrarán ellos lo que están buscando o miran solo por mirar? Se transformarán los otros en gatos como yo o solo pegan asustados como las moscas contra el cristal tratando de escapar?
Hasta dónde llego, hasta dónde puedo, hasta dónde me alcanza el pensamiento para imaginarte mío sentado en mis campos y brillando conmigo.
¡Qué fácil es soñar! Cuántas veces más me desharé en olvidos y renaceré en sonrisas, en pecados y cosquillas. Invítame a pasar o te invito yo que da igual; entra a mi nido, a mi casa, a mi vida, a mi ventana y no salgas más…

martes, 23 de octubre de 2007


A veces me da por caminar a pies descalzos para sentir el suelo, para tener un instante “mis pies sobre la tierra”, para sentir como el frío entra y recorre mi cuerpo.
A veces me da por mojarme cuando llueve para sentirme más flor y menos persona, para sentir que me deshago, que me derrito entre las gotas que tocan mi cara. Me gusta sentir la lluvia sobre mi espalda y sobre mi cara.
A veces me da por reír, por convertirme en un sifón de risas sin sentido, drogada de la vida que me da bofetadas y si lloro me consuela la música de mis carcajadas.
A veces me da por amarte, por querer que seas mío, por esconderme detrás de las palabras. Me da por decirte que te amo y te necesito cuando no necesito nada. Y me hundo entre tus brazos y me hago pequeña, aunque me sienta yo inmensa por dentro, te dejo para que tu te eleves como un árbol.
A veces me da por guardar silencio, por buscar espacios, por tender mi mano, por tocar tu cara. Me da por suspirar, por pensar de menos y preocuparme poco…
A veces me da por ser amante, por ser almohada, por ser solo madre, por ser una niña; me da por ser un gato…
Me da por escurrirme entre tus sueños, por escaparme de tus manos, me da por la infidelidad, por el poco pensamiento y menos remordimiento…
A veces me de por acostarme en la hierba, por sentir al viento como tu respiración pesada en mi pecho, y los dejo acariciar mi cara, mi vestido, mi pelo.
A veces me da por sentir menos, por tratar de olvidar todo lo que he hecho. Me da por desperdiciar segundos imaginando mis sueños, volando el tiempo que se escapa de mis manos.
A veces me da por buscarte con desespero aunque sepa que no te encuentro porque no te busco como es debido, porque me quedo mirando el vacío, llamando tu nombre en silencio.
A veces me da por la soledad, por el desahogo, por los desiertos, por los declives, por los momentos…

sábado, 20 de octubre de 2007

Traición

Para muchos podría sonar un tanto loco de mi parte, pero me encierro en relaciones fracaso, asi las llamo. Tiendo a hundirme y profundizar con hombres que dan poco, tan poco como yo quiero, tan lejanos como yo algunas veces, tan temerosos a dar como lo he estado yo siempre.
La parte a la que llamo mi vida poética me araña la cara cada vez que salgo a la madrugada y espero que el amor me desabroche en la espalda la capa que cubre mi cuerpo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Hojas Secas


Acostumbro a utilizar metáforas al hablar, por lo general son la mejor forma de explicar lo que me pasa por la cabeza. Talvez son el recurso más a la mano que tengo para hacerme entender de una hermosa forma y abrir mis palabras como alas de mariposa en la mente de quien me lee.
“En la vida somos hojas secas bailando al compás del viento”. Utilicé recientemente esta metáfora, pero cuando la dije pensé realmente en una bolsa vacía, de esas que tira la gente en la calle; y el viento no se contiene las ganas de hacerla bailar y danza con ella por horas, por días hasta que queda exhausta la pobre y se deja caer abandonada en algún rincón, acera o alcantarilla.
Bailamos al compás de la vida y esta nos mece. Dicen que el destino no existe y aún así luchamos incansablemente contra él tantas veces haciéndonos daños, produciéndonos angustias. Me he dejado guiar tantas veces por esas congojas, y como buena humana me he rendido algunas veces ante ellas…
Cuando utilicé esta frase yo trataba de explicar a un pequeño como me las arreglo para vivir, me dijo que la vida de los adultos es demasiado complicada –gran sabiduría encierran los niños en sus mentes puras y virginales, lejos de esto a lo que nosotros llamamos vivir-. Pues quise decirle con mis palabras, de una forma poética, casi romántica que hay que dejarse llevar por los caminos sin oponer resistencia; eso sí por buenos caminos o por aquellos que creas convenientes de caminar o mejor de volar.
Me preocupo tantas veces por cómo me veo, cómo estoy, cómo voy o cómo llego… Me preocupo tantas veces por esos absurdos, por pedazos de pasados que son ya historia, me preocupo por vivir la vida y la voy dejando atrás cada día un poquito más.
Quisiera tomar a pecho eso de ser una hoja, simplemente empezar a entender: todo se resume en crecer, cambiar de color y caer… Solo que las personas tardamos demasiado en crecer, mas tiempo aún en cambiar de color.
Quiero dejar solo que el viento me roce y después a la altura de la vida donde comprendí que es vivir realmente dejarme llevar segura, jugar, bailar alegre, flotar y en algún momento imagino que esperar el lugar aquel donde llegaré a caer y volverme tierra.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Esa clase de "Amor"


Me la paso divagando, mejor dicho filosofando como el perro del cuento de mi hija, que para ser un libro infantil tiene un contenido fabuloso: dice que un perro es filósofo cuando no tiene nada que hacer y se la pasa pensando en la vida, hundiéndose en un crisis existencial, tal como lo hago constantemente buscando las respuestas a esas preguntas -algunas sin sentido, otras que a la hora de saber la verdad preferiría no haberla conocido y se queda en mi mente imágenes como estampas de tal tema o tal otro.
Como ya lo he dicho antes, me considero una persona bastante cuestionadora, bastante curiosa. Todas las mañanas cuando me levanto y vuelvo en sí del emocionante viaje al que he ido se me mete una idea en la cabeza, la mastico lavándome los dientes, tomándome un café para poder empezar todo aquello que me espera. Esta mañana me levante con la idea del amor, será porque ayer hablé contigo toda la noche y lo último que recuerdo fue tu descansa y mi te amo…
Pues me he puesto a pensar que eso de amar a lo humano es verdaderamente cruel, amante es un sinónimo de dueño o dueña, de amo o ama y de ser el señor o señora de alguien. Tenemos tanta necesidad de pertenecer a algo o a alguien que a veces lo hacemos a todos los costos. También tenemos la necesidad de sentir nuestros pies sobre la tierra y que alguien sea nuestro, algo así como mi carro, mi casa, mi perro, mi ropa, mi amor…
Nos enamoramos y caemos rendidos a ese abismo de amor en el cual la mayoría pierde parte o su personalidad completamente. Nos enamoramos y dejamos de respirar por nosotros mismos y entonces sentimos soledad cuando estamos con nosotros mismos y la necesidad de que nos amen, de que nos toquen la carne, por qué no hacerlo nosotros mismos, por qué no despertarnos por la mañana felices de estar solos y de tener un espacio para escuchar solo nuestra respiración.
Cuando era pequeña una vez vi aquella película llamada Coccon, se acuerdan? Se me viene a la mente la escena en la que la guapísima extraterrestre quiere “compartirse” con el insignificante humano dándole la mejor satisfacción de su vida. Será que nosotros en lugar de “amarnos” podamos aprender a compartirnos de esa manera.
A mi, sinceramente, esa manera de posesión me da miedo, me asusta de sobre manera que alguien por mera necesidad quiera que sea parte de su propiedad y él parte de la mía. Yo creo que por eso fracasan las relaciones, bueno en mi caso la mía ha fracasado por otros muchos factores que no vienen al caso en este momento, pero me resulta frustrante pensar que para ser feliz haya que socialmente poseer a algún individuo que me dará alguna clase de “seguridad” y “amor”. No somos ni de nosotros mismos, porque en sí somos ínfimas partes del Cosmos, entonces cuál es la razón de este absurdo tema?
Me encantaría compartir tu alegría y que yo comparta la tuya sin cruzar la delgada línea de mi personalidad o la tuya. Sería bello poder disfrutar juntos del silencio, sin miedo, porque no siempre hay que decir lo que se piensa, estar solo juntos sabiendo que estamos en nuestros cuerpos pero la cabeza de cada uno está en su mundo aparte. Y esto no es egoísmo es vida, empezar a depender más de nosotros mismos para ser felices y dejar de pensar que la felicidad se encuentra en las manos de otros.

Adoro compartirme contigo, encontrar rincones donde seamos compatibles, pero también me encanta cuando no preguntas, cuando me permites solo ser.
Han escuchado ese refrán: “Si amas algo déjalo libre….” Por Dios!!!! Qué horrendo!!! porque te están diciendo que antes tenías enjaulado a un humano en tu prisión? Que si vuelve como paloma a su encierro de protección entonces puedes dejártelo? Vaya forma de ver al amor la de nosotros!!! Es casi como estar programado o programada para esa clase de acción o pensamiento grotesco y absurdo…
Seamos libres y amémonos bien, seamos vos y yo y dejemos de lado la tortura, seamos felices y disfrutémonos así tal cual venga, tal cual sea el “camino” que nos toca andar juntos.

martes, 25 de septiembre de 2007

La vida no es "light"


Pues ayer fui al supermercado, ese recorrido infernal del que debemos hacer uso, tanta gente que se pasea esperando que los productos ingresen por sus medios a sus carrillos porque parece que no se dan cuenta del tiempo que se la pasan mirando cuidadosos las etiquetas de los cientos o miles de productos que están en los escaparates.

No es en sí que me moleste el hecho de que hay que conseguir todo aquello que necesitamos para llevar a cabo las delicias cotidianas y mucho menos hablando de mi profesión, eso debería ser casi un placer un orgasmo mental… Solo que el recorrido se vuelve engorroso, luchando contra la mala forma de parquear de otros, contra los niños que por poco y atropellas porque sus padres los dejan libres tal parque de diversiones y se la pasan molestando y desordenando las verduras de los pobres empleados. Y ni que decir de cuando se acerca la hora de ir a la caja registradora y la fila de cristianos llega más allá de lo imaginable. Luego buscar un medio o tu auto salir del parqueo, especialmente en noche de pago, porque les cuento que en mi “cultura” se acostumbra a ir todos en manada y además hacer vida social en los pasillos.

Sin embargo la vida nos invade de etiquetas, nos persiguen los estratos sociales, hasta las marcas de dentífricos y de toallas femeninas que acaparan pasillos enteros de confusión sin saber en sí cual es la diferencia entre unas con otras. Y ni qué decir de las demostradoras que tal devoradoras de clientes se lanzan con muestras de productos, tal así que podríamos decir que en día de pago salimos llenos del supermercado o más antojados que nunca.

Quiero hacer referencia a esos productos “Light”, todos esos fat free, in line que se han vuelto más frecuentes en los escaparates y congeladores. Esas cosas nos engañan!!!! Nos muestran a esos seres casi perfectos como Dioses, que comen y no engordan, que se conservan en alcohol tal cual especimenes rarísimos de humanidad y capaces de hacer que los veneremos. Y siempre he tenido una pregunta: si tienen menos grasas por qué nos cuestan más caros?

Yo no soy capaz de hacer ninguna clase de dieta, a menos que hablemos de la de Lucho o alguna de esas que promueven las relaciones humanas. Incluso llegué a comprar algunos de esos dichos productos pensando en que no se es bello por siempre, que hay que cuidarse mágicamente como lo hacen en las revistas de modas.

Ayer abrí los ojos, me di cuanta que la vida no tiene nada Light y la verdad no me gustaría que lo fuera, esa lucha contra corriente exponiendo nuestras personalidades a cambios y retos; y yo soy una excelente competidora, no me canso fácilmente y me encanta alcanzar la meta, hablando de cualquier cosa en sí especialmente en cuestiones que llamen mi atención. Un poco neurótica, como la mayoría del mundo, pero bastante placentero darse cuenta que si no se ganó se jugó el juego. Esta vez el juego fue salir bien librada de la tarea de hacer mis compras…



lunes, 24 de septiembre de 2007

Se me parte el alma, paloma transparente...
Pero no se me parte porque sufra,
se separa porque te busca.

He dejado que vuele lejos
que vaya a tu encuentro.

Somos todos mitades, cuartos, tercios
de otras almas que se nos parecen,
que se nos escapan de esta vida.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Un mensaje para vos

De alguna manera te estoy hablando, no es mi intención encender tu mente, ni cautivar tu mirada, ni prender fuegos y menos encontrar cama. En este mensaje no hay rosas, porque las mías todas tienen espinas, no hay estrellas, ni nada; sólo soy yo: temblando algunas veces, porque debo confesar que siento miedo. Y es que una nunca sabe a ciencia cierta que sucede en el interior, a excepción de esos días en soy más mujer, menos muerte y escorpión, pero de eso no vine a hablarte. Te traje este mensaje sencillo en el cual quisiera decirte: ballena blanca, belleza interna, humildad de pobre, abrigo de enfermo…

Estas líneas no son de amor, eso no puedo escribirlo, todavía no es mi tiempo. Solo escribo verdades donde leas que no soy una mujer voladora. Talvez encontraras mis dibujos todos juntos y yo dentro de la botella sin magia, sólo yo, sólo carne, sólo piel, un poco centella, con ganas de invocarte, buscando llegar más allá de donde he llegado, dulce o amargo me da lo mismo.

Talvez te diré que, quizá encuentres lugares llenos de mi, de mis fotos, de mis cuadros, de mis permisos tontos y de lo que no te he dicho. Entonces mi mensaje te cogerá por la cara y hará que leas atento esto que te estoy escribiendo. Pero recuerda que estas no son palabras de amor son mis verdades, mis historias, mis sueños y pesadillas todo junto en reunión de femeninas marchitas del camino que toman las palabras cuando han sido mal dichas, mal escuchadas, mal escritas, mal leídas. Y ellas todas se quedarán quietas para que observes bien sus caras. Seguro se pelearán por tu atención, por tu recuerdo, por el instante en que quieras besar una de mis mejillas; mejor bésame las dos, o la boca, las manos, el cuerpo, la piel y hasta el alma que a eso estoy acostumbrada.

Recuerda que estas son sólo palabras, lenguaje, vocablos, oraciones; que amor es demasiado, eso no existe en este momento. Para mi existe el blanco y el negro, el llanto y la alegría, el sonrojo y el descaro, de mentiras y desilusión, de eso conozco demasiado. Talvez exista para vos la ilusión y la tristeza; amor es una palabra muy grande para abarcarnos. Y yo me quedo yo, siendo la misma, no tan piedra ni tan aguja como quisiera y vos seguro te quedas siendo el mismo.

En este mensaje he encerrado los caprichos bajo llave, lejos de los dos, he envuelto mis manos para curarme sola las heridas. Y es que entre nosotros nunca va a existir un ganador, esa lucha no nos pertenece, no existe, el poder es casi una forma de amor que no nos va, que no se acomoda a mi piel, ni a mis ojos, ni a mi libertad y a el poder yo no lo quiero.

Entre estas líneas encontrarás mis inciertos, mis desdichas que no te importan, ni tienen por qué. Así inmutable, pasajero, pertinente, tierno y orgulloso, casi tempestad. Te recuerdo que no te amo porque no te tengo, solo escribo y escribo lo que siento, no persigo lo que vuela, sufro de vértigo; no suspiro porque estoy respirando, por ahora sueño sólo cuando estoy dormida, no busco acurrucarme porque no tengo tus brazos. Soy un ángel en el paraíso y también tengo mi propio infierno, eso quisiera compartir contigo: que te vengas para acá y te quemes conmigo, que ardas como madera fina, que te dejes consumir quizá un poco y dejes que te respire.

martes, 11 de septiembre de 2007

Cosas de la Vida

Todos tenemos un ángel de la guarda, mejor dicho un dicho un guardián para nuestra vida, el mío casi ninja y trabaja horas extras desde que decidí salir a conocer la vida. Debo confesar que no debe ser nada fácil su trabajo conmigo, porque soy terriblemente despistada, recuerdo una vez que casi me maja un auto por ir pensando en los *·%%·&%·- de alguien y frenó en mis narices, bueno probablemente más en las tuyas que en las mías ángel mío!!! Además soy inquieta y bastante curiosa desde niña, cosa que me imagino te ha llenado de problemas.
De pequeña mis padres y mi abuela me ponían a rezar, tal como un ritual todas las noches aquella oración en memoria de los ángeles guardianes, recordándoles que estamos y recordándonos que ellos están. Tal como me enseñaron este mismo ritual se lo enseñé a mis pequeños, que lo repiten todas las noches en mi presencia. Pero además de ese pequeño momento de la noche, paso todo el día ignorando su presencia, realmente casi nunca recuerdo que está conmigo, para nada atribuyo sus favores a su mano sino a la mía, o al destino o al prójimo que fue grato conmigo.
Nunca te ha pasado que has estado a centímetros de tu muerte y “algo” mágicamente te lo quita del camino y sales sin un rasguño?, - como el despiste que acaba de poner de ejemplo-.
Pues se me ocurrió escribirle un cuento a mi ángel, algo así como para que se sienta conmemorado, para que se dé cuenta que lo necesito, y que hoy no solo no sea solo por la noche, cuando infantiles y sabia palabras me recuerden que está conmigo.
Acaso te acuerdas tu del tuyo? O te pasa casi lo mismo que a mi? Tu y yo, que compartimos mundos y peligros, que desafiamos tantas veces a la vida y nos encontramos haciendo bungee jumping con hilos de telaraña. Pues bien, aquí te dejo mi cuento, lo quiero compartir contigo para que lo leas, o se lo leas a tu ángel, quizá se alegre como el mío. Ahí te va:

De repente sentí un escalofrío, estaba hablando contigo y no te escuchaba más… Te habrías ido o habría dejado de escuchar yo?
Todas esas quejas que te repito día a día y vos, sin voz para decirme que me calle ya, que te deje en paz aunque sea por un ratito, que te de un descanso, un momento a solas; porque ni siquiera cuando duermo tu reposas – me tomas de la mano y me llevas a volar, pero creo que en esos momentos soy más sencilla, más moldeable, menos humana; un poco mariposa, quizá hasta un poco ángel-.
Te ignoro la mayor parte de las veces, se me olvida que caminas a mi lado, que me velas. Olvido que nunca estoy sola, que soy parte o la totalidad del trabajo que tomaste cuando decidí nacer.
Las veces que he llorado!!! Tantas veces que he preguntado y digo no tener respuestas, seguro estabas del otro lado muerto (o muerta, la verdad que no sé que género tienes) de angustia, que me levantas y yo muñeca de trapo que caigo de nuevo. Mi pobre consciencia, mi querido desvelo, yo tan egoístamente humana y vos tan bueno!!
Pero te escribo para que sepas que he tomado consciencia de tu presencia, me he dado cuenta absolutamente que estas conmigo y que cuando mis ojos lloran mi mano es la tuya que me limpia la cara, que es tu respiración la que siento por la noche cerca de mi, que es tu brazo el que me empuja a seguir por el camino y que son tus cosquillas las que me hacen reír sin entender.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Qué hermoso!!!

Qué te puedo decir? Ser mamá es una combinación de algo fácil y difícil al mismo tiempo… Al principio, la primera vez que me di cuenta que alguien ya existía dentro de mí me asusté muchísimo, el mecanismo en sí de cómo había pasado aquello lo conocía bastante bien, pero nunca me imaginé y menos a esas edades en que eres todavía una mezcla entre súper héroe e inmortal. Sin embargo lo tomé bastante bien y desde que llegó a mi vida, he ido creciendo yo con él y él conmigo.
La segunda vez aceptarlo y vivirlo fue más fácil, si no menos doloroso. Es una lástima que seas hombre, porque esto por más de que te lo explique nunca podrás comprenderlo al 100%, es una cuestión de género más que de otra cosa. Sólo imagínate lo que es saber que vas a sentir el peor dolor de tu vida, que vas a servir de puente para que alguien llegue al mundo. Es un sufrimiento aceptado, es casi un sacrificio pero el premio no tiene fin.
La maternidad es un sentimiento que podría describirlo como egoísta porque es entre aquella mujer y su hijo, muy profundo… Darías tu vida por alguien? Yo ya la he dado dos veces!!!! Es muy impresionante la fuerza y el poder de una mujer en esos momentos, casi inderrotable. Por unos momentos ella es un dios capaz de crear y hacer llegar al mundo a un ser diferente, alguien nuevo bajado del cielo por las manos de los ángeles.
Si lo piensas todos estamos aquí gracias a la fuerza de nuestras madres, a ese momento en que no se puede decidir solo pensar en hacer lo mejor que puedas para tenerlo entre los brazos.
La maternidad es una ternura, un símbolo místico, la perfección de la naturaleza. Es un recurso inagotable porque mujeres hay miles y en sus vientres millones de semillas todas listas, preparadas incluso desde antes de nacer.
No existe un momento de mi vida que no agradezca la oportunidad que se me fue dada, que no vea a mis creaciones andar por la casa, pelearse por mi regazo, pedir de comer, mirar la TV, escucharlos hablar y reír, despertarse y jugar, ser ellos hasta cuando se amarran los zapatos. Con sus personalidades de formas y colores distintas a las mías, pero tan míos como el aire que respiro aunque sea por un momento, por su infancia.
Y los veré levantar vuelo y sonreiré, segura, tranquila que fui yo la que les di la vida.

viernes, 7 de septiembre de 2007

La rutina de la vida

La gente dice que la vida es una rutina, para mí no lo es. Pues me levanto todos los días temprano, en la carrera matutina de preparar a los niños, las meriendas, los almuerzos, prepararme yo, dejar la casa de buena manera, porque mi abuela dice que nunca hay que salir de casa dejando ropas tiradas y camas sin hacer o el baño y la cocina desordenados; dice que no vaya a ser que entren a tu casa de emergencia y se lleven una mala impresión de ti, algo así como el tema de la mala ropa interior y los calcetines con huecos.
Como ya lo sabes voy a trabajar todos los días, igual que la mayor parte del mundo. Me encamino al mundo, tomo los medios (que odio por cierto, porque la mayor parte de las veces la gente que viaja en ellos no tienen ninguna clase de consideración, como el otro día que se sentó junto a mi un muchacho que probablemente tenía problemas de olfato, porque no es posible oler así y salir a la calle de todas formas).
Todos los días hago prácticamente lo mismo: llego al trabajo, enciendo la computadora, me conecto en el Chat para saludar a mis amigos y a mi hermano, y saludar a otros que no son ni amigos ni hermanos, -te preguntarás para qué los tengo ahí, la verdad todavía no lo sé, es una pregunta que merece un cuento completo-. En fin el día sigue su curso.
No es que quiera llevarle la contraria al mundo, pero la vida no es siempre la misma, cambia de color. Para mi las mañanas son algo naranja, las tardes un poco verdes y las noches azules y todos los días son diferentes tonos. También cambias de humor constantemente, comes diferente todos los días, usas ropas distintas y tienes diferentes pensamientos cada minuto. Entonces cómo es posible que la vida sea una rutina, será para quien lo quiera ver de esa manera. Además, como ya lo he contado anteriormente mi vida tiene dos extremos el yo como persona, individua, mujer y ego; y el yo madre que hace que los días sean como un juego. Lo que haga todos los días varía de acuerdo a mis emociones, a mis recuerdos, hasta a lo que soñé la noche anterior, al sexo, a lo que te conté ayer, a la película de terror que miré anoche, en fin a mis sueños…

martes, 28 de agosto de 2007

Soñé con Libélulas

Anoche soñé con libélulas de colores: amarillas y azules, otras eran verdes y rojas. Ellas volaban juntas y nos rozaban los cuerpos. Soñé que estos simpáticos animalitos trataban de decirme algo y estabas vos en mi sueño, casi como un fantasma; sabía que estabas ahí, te sentía y hasta te podía oler, pero no hablaste –solo te quedaste parado junto a mi, observando las libélulas que volaban y hacía toda clase de piruetas en el aire, algo así como una danza de amor-.
Durante el sueño no hablamos, me di cuenta de que me sujetabas la mano porque podía sentirte, pero era como si me sujetase yo misma y las hermosas libélulas seguían volando cerca de tu auto, aquel que tenías cuando te conocí.
Siempre he sido una persona muy inconstante con mis deseos, me confundo, me distraigo fácilmente de mi objetivo; dicen que padezco de algo llamado DA (déficit atencional para los psicólogos), yo lo veo como una forma de no apegarme demasiado a las circunstancias, eso me lo enseñó la vida desde mis primeros pasos cuando desdichadamente perdí la escalera que me llevaba al cielo y tuve que aprender a subir por otros medios.
Pues esta mañana curiosamente, cuando desperté y me acordé de mis viajes nocturnos en el que estuviste, se me ocurrió buscar el significado de tan hermoso sueño y adivina que encontré, pues esto que te escribo a continuación:
Significado de soñar, sueño con, sueños de Libélula
Inconstancia en las decisiones y en los actos que realiza. Su imaginación no puede permanecer fija en un objetivo preciso y consagrarse a él hasta su conclusión. -

Entonces me pongo a pensar en eso de que las casualidades no existen, será que la ambivalencia de mis sentimientos hacia ti es tan grande que me vuelan libélulas en los sueños, que ellas revolotean y se aman entre sí para recordarme esta sensación extraña que dejamos uno en el otro?
Pues bien, de la forma que fuese, no quiero analizar demasiado lo que me pasa porque prefiero tantas veces no entender para nada las cosas que me pasan. Dejar que algunos recuerdos se los lleve el viento, que se vayan volando como mis libélulas por los aires felices y juguetonas.

Este cuento lo hizo mi mariposa para mí, qué orgullo!!!!

Mi mamá y yo

Mi mamá vivía en un sueño fantástico de un castillo que en el sueño ella era la reina y yo era la princesa éramos muy felices y nos amábamos muchísimo entonces vino un pegaso rojo. Era del amor era hermosísimo y nos montamos en el entonces nos llevo a un mundo nuevo. Donde habían: Duendes, Unicornios, Fénix y Pegasos. Regresaron y no había nadie entonces regresaron al mundo nuevo y ahí estaban todos jugando con los duendes, unicornios y los pegasos de muchos colores como: rojos, azules, verdes, celestes, amarillos, anaranjados, rosados, lilas, morados, dorados, plateados, blancos, grises y cafés hice quedaron viviendo ahí.
fin

Hice este cuento para ti para mi amada
Mamá
Eres la mejor mamá del mundo entero

viernes, 24 de agosto de 2007

Sóplame la cara, así podré saber que eres tu el que vino a verme,
sentiré tu perfume cálido y blanco entre mis sábanas.
Respiraré despacio y te colaras en mi aliento,
serás quien susurre mis oraciones esta mañana.

Poesia

Estrellada Magdalena de desilusiones,
mi tu, mi yo, mi vida completa refractada en estos espejos de vida;
totalmente desnuda de almas y cuerpos desprotegidos por el tiempo.
Qué traes para contarme?
Cuáles son hoy tus secretos?
Margarita ajena llena de lunas y nubes y estrellas,
me dejaste en alta mar sola y sin aliento;
paloma que se escapa y vuela.
A dónde me guiarán tus pasos?
Dónde escondiste mis sueños?
Que sin sentido me has dejado en este campo de promesas,
invadida de tus besos y todas tus cosechas.
Atada de manos, alas y cuerpo,
inundada de adjetivos y piezas de rompecabezas,
vacía un poco
aunque si mi copa está llena,
buscando muros donde pegar estas siluetas...

Amaneceres

Hoy por hoy es un día normal, me he despertado, me quité un poco el pelo de la cara, traté de estirarme y medir la calidad de energía con la que amanecía. Te miré a mi lado y estabas todavía dormida, entre bostezos y mucho sueño te has despertado y me miraste a los ojos y desenvolviste tu cuerpo de mariposa recién nacida, ahí estabas toda tu en tu esplendor de los días dormidos, esperando ver el nuevo día que se refleja por la ventana de mi habitación, aún en medio tinieblas y sin ganas de despertar.
Entonces traté de levantarme y estirarme un poco, estabas tan bella entre dormida y despierta, tratando de hablar conmigo de algo de tus sueños, algo así como que soñaste con cometas y cosas de esas con las que sueles soñar mi niña tierna, - pensar que por lo general yo sueño pesadillas y monstruos que me persiguen, momias y gritos-. En fin me contabas cosas extrañas de ese planeta al que vas cuando te soltás de mis brazos y viajas despacio por entre las nubes. Luego, entonces me levanté despacio y me senté en la cama mientras tu hacías volteretas y sonreías espacio. Busqué mis pantuflas, que no sé por qué diablos amanecen siempre en un lugar distinto al que las dejé la noche anterior – tu, mi pequeña, me dices que son los duendes- Entonces logré ponerme en pie y caminé hasta el sanitario donde todos los días veo reflejado mi rostro en el espejo que se asustará seguro de verme. Mientras cepillé mis dientes entraste cuatro veces a contarme que tienes una nueva amiga, que quieres ir de compras, que te peinarías distinto esta mañana y que los zapatos nuevos te lastiman; todo lo escuché con atención mi precioso caramelo y te miraba atenta mientras hablabas para entender bien tus muecas, esas que haces al hablar y ni te das cuenta.
Más luego bajé a desayunar y ya habías puesto el café y habías sacado los huevos, me hiciste mil preguntas a las que repondí la mitad, me hiciste reír un poco y luego bailamos esa canción de la radio que tanto te gusta.
Qué poco recuerda la gente de sus amaneceres, yo sin embargo los archivo cada uno como mis tesoros, especialmente porque estas vos en todos ellos con tus bromas y tus tristezas y hasta esos días de mariposa enferma que no logro comprender al 100 por ciento, pero en fin quién soy yo para apagar las luces y dejar de creer solo porque un día a dos te sintás diferente, algo afectada, furiosa y desastrosa. Seguramente yo también tendré de esos días y vos te haces la indiferente, me sonríes igual, me abrazas igual y me buscas igual, esperando que en algún momento de lucidez te de la mano y te diga alguna que otra cosilla de esas que te hacen sonreír y estar loca conmigo.
Cuántas veces mariposa me llenas la cabeza de flores y estas me perfuman hasta el alma. Cuántas veces mi vida depende de esa sonrisa cuando me levanto. Hacia dónde caminaría yo sin tus manos que guían mi destino?



Para Isabella con amor….

sábado, 28 de julio de 2007

Dosificaciones

Dosificaciones

Hoy encontré este título en la revista que leía, encontré estás palabras que me han descrito a la perfección eso que estoy sintiendo: Qué mala soy dosificándome!
Seré realmente mala por dosificar mi vida, por repartirme entre las gentes en pequeñas porciones de amor, odios y tristezas?. Será que uno se extingue? Siempre he pensado que hay momentos en la vida en que eres como un dinosaurio, uno grande y pesado, uno de esos que está solo en los campos, escondido; sí oculto y temeroso, esperando que llegue alguien a llevárselo lejos para disecarlo y transformarlo en objeto de investigación. Nunca te has sentido como si fueras el último en tu especie, el que pronto desaparecerá y no quedará nada ni nadie igual a vos?
A veces me imagino que voy huyendo por un bosque, que corro y corro pero los pies no dan para más, solo sé que debo escapar lo más rápido que pueda de situaciones que me hunden, que me lastiman; otras veces me vuelvo masoquista y me quedo para ver desde arriba, fuera de mi cuerpo, con el alma, como me destrozan incansables los arlequines a quienes les he prestado un poco de mi vida, y algunos se te parecen.
Me gustaría refugiarme en alguna parte, donde la gente no entre en sequía. Qué triste ver morir corazones, invadidos de gusanos de decepción. No quisiera jamás que fuese el mío o el tuyo, ni los de mis niños, los de mis amores o los de mis padres. Si fuera así los escondería a todos conmigo, nos refugiaríamos todos como la última manada de dinosaurios y nos quedaríamos en silencio por la noche sigilosos, esperando ver llegar el amanecer de nuevo.
Pero ya, trataré de concentrarme en el tema y volvamos a la dosificación entonces: cuán verdadero es que cada decepción hace que pierdas un trozo de tu vida, ese episodio de vida en que viviste ese preciso momento que acabas de perder. Entonces es o no importante aprender a dosificarse para no perder demasiados trozos de vida, para lograr armar el rompecabezas lo más completo posible. Y podría ser que vos me regalas un trago,- amargo- pero algo me das. Decime dónde se colocan las dosificaciones ajenas, esas que se reciben a cambio de las que entregas y muchas veces sin ningún precio. Esas van en algún lugar especial, en una especie de alcancía o se deben tratar de acomodar donde mejor quepan? Muchas de esas “piezas” que te regalan te enseñan algo, (algunas a creer, otras a madurar, pero son tan necesarias al fin y al cabo.
Muchos de esos pedazos de vida que te regalan te gustaría borrarlos para siempre, algunas dosificaciones de sonrisas y alegrías se prenden de tu alma sin darte cuenta y se amoldan a tus pensamientos y necesidades. Necesitamos o no un colador para las dosificaciones que nos llegan? Hará la gente lo mismo que estoy haciendo yo, se preguntarán dónde poner todas las piezas que hacen falta o que sobran; estoy casi segura, imagino que muchos botarán a la basura algunas de mis dosificaciones porque no les sirven, porque no las necesitan, tal como lo has hecho vos… Si nos ponemos en este momento a buscar cuántas dosificaciones hemos desperdiciado y cuántas más se han ahogado en penas por haber estado pensando en que serían bien recibidas, pero no lo fueron… Cuánto de nuestra vida está en la basura en este momento y cuánto de lo que hemos vivido valió la pena? Nos exponemos constantemente a que nos borren, nos sacudan, nos eludan, nos trituren, nos humillen sin darnos cuenta y cuando lo hacemos, ya tal vez, nuestras dosificaciones de sentimientos fueron asesinadas en la primera alcantarilla por la que pasó aquel prójimo al que le importó un bledo lo que representaba para vos ese momento.
Será por eso que existen tantos locos en el mundo, será acaso que la mayoría de nosotros ni siquiera se solidariza con la dosificaciones de los demás, vale tan poco lo que sentimos realmente? Sería espantosamente triste darse vuelta y ver los cuerpos de las dosificaciones tendidos en las calles aplastados, ahogados en los ríos, descompuestos en los basureros, ahí donde los lanzaste, donde los lanzamos…
Somos seres tan selectivos, tan ordinarios, tan lavadisos!!! Somos seres que desprecian y se burlan de los pensamientos de otros. Seres que racionalmente no somos racionales, seres sin sentido la mayor parte de tiempo, sumidos en egos, buscando superficialidades, esperando que la conducta de alguien no nos guste para arrojar sus dosificaciones de ternura al primer lote baldío que se cruce en nuestro camino, y es claro que la mayoría de las personas pueden abandonar a sus mascotas en los caminos, por qué no abandonar también sentimientos? Es más sencillo que alimentarlos, que cultivarlos, sale más barato.
Entonces todos aquellos pedacillos de vida que te ofrecí deben de estar tirados en algún guindo, descabezados y mal olientes, pútridos cadáveres de sentimientos, qué triste, qué congoja la mía. Hoy cuando me levanté, pensé que podía pagar la fianza de algunos de ellos y que me los devolverías, qué infantil, qué absurdos los míos. No tengo la certeza de que los hayas conservado vivos, talvez los enterraste vivos entre tus medias y calzoncillos y ahí murieron de hambre y de tristeza los pobrecitos, mientras yo pensaba que eran felices contigo.
Volvamos al principio, y si de verdad estoy en peligro de extinción y sólo yo pienso así, si soy ese dinosaurio abandonado por sus iguales, que decidieron convertirse en seres abominables y asesinos de promesas y de amores, esos que no ven las tristezas a los ojos porque les parecen absurdas, los mismos que las depresiones y el desamor les parecen ridículos y desperdicios de tiempo. Esos que utilizan el amor para su propio beneficio. Cuánta ignorancia, cuánto tiempo he perdido, cuántos años atando a cordeles tus dosificaciones para que volaran como globos, libres conmigo, para que no se me escaparan porque me hacían reír entre mis tormentas. Qué vacío inmoral, qué angustia estúpida, tendré que hacer un funeral para enterrarlos a todos en mi jardín, y uno a uno colocaré sus cuerpecillos menudos en fila, en fosa común para que se acompañen en el vuelo al más allá. Haré un pequeño duelo, tanto ya están muertos y no volverán,- no me puedo quedar en estos pasados que se tornan oscuros, hay que pintar mañanas-. Más allá, en el futuro amaré en sus nombres, como promesa al sacrificio que hicieron por mí, pero los nuevos que nacerán no serán los mismos, solo conocerán historias y mitos de aquellos de atrás, seguramente serán cautelosos y yo seguro también lo seré y les colocaré alas para que puedan volver conmigo en caso que se sientan solos y fatigados de luchar contra quien quiera matarlos.
No busco más soluciones a estos desafíos, porque podría irme tanl ejos que jamás volvería. Mejor no escarbo y no revuelvo, tanto ya no estarán contigo, ninguna de ellas. Todas las dosificaciones que di ahora le pertenecen a otro, bueno por lo menos las que quedan vivas. Pensaré mejor de ahora en adelante quien merece que le regale pedacitos de alma y a quien ignorar sin ningún sentimiento, sin el más mínimo gramo de sentimiento, porque bueno o malo da lo mismo, lo engendraría del alma y lo regalaría con lazos. Pero si me queda la sabiduría de coger todas las dosificaciones que he recibido y extenderles la mano como a los niños y llevarlas a vivir conmigo, hasta las tuyas. Todas tan hermosas y de diferentes colores y matices, todas y cada una de ellas especiales, con mensajes ocultos, abrazadas a árboles gigantescos, algunas lloronas, tristes y deprimidas; otras felices y vagabundas bailarinas. A todas las vestiré de nuevo -hasta a las tuyas- y les compraré abrigos y camas y caramelos para recordar por los días que me quedan todo aquello que me regalo la vida.
Llego a una conclusión, quizá sí hay que dosificarnos y además hay que saber hacerlo, saber cómo y cuándo, con quién y con qué sentido. Hay que tener cuidado de donde mandamos los suspiros y si vale la pena convertirse en objeto inanimado, en torre o en castillo.
Esta mañana cuando encontré y leí esa frase, de repente sabía que era conmigo. Sabía que alguien como todos los días me estaba mandando un mensaje, una nota, un recordatorio. Una cita poética profunda y casi maligna, un poco egoísta si así prefieres que la describa. Pero en esas cuatro palabras queda descrito que el ser humano es un filtro, que absorbe a su antojo y sale por el otro lado talvez aire “limpio”. Soplamos a gusto y disgusto, que nos antojamos de otros, de sus carnes más que de sus posesiones, no tenemos más remedio que seguir siendo humanos, claro no podemos convertirnos en amebas o en gusanos aunque muchas veces nuestro parecido con esos pobres y nauseabundos seres sea casi transparente. Déjame decirte ya terminando este capítulo que nada pasa por casualidad y que los desprecios son enemigos de las dosificaciones, nunca se llevan bien, así como no se llevan bien el odio y el amor, los niños y el agua fría, la leche y el ajo, el pescado y el queso, los adolescentes y las reglas, etc, etc, etc, etc, etc...

Me encanta la letra de esta canción, Sabina la escribió antes que yo?

Y me envenenan los besos que voy dando
Y sinembargo cuando duermo sin ti,
Contigo sueño.
Y con todas si duermes a mi lado
Y si te vas, me voy por los tejados
Como un gato sin dueño,
Perdido en el pañuelo de amargura
Que empaña sin mancharla tu hermosura.

Transbordador a la Luna

Esa forma en la que siempre acaban las cosas, esa forma en la que ponemos punto y coma a las situaciones, incluso punto y final, que da pena, lastima, congoja… en fin. A todos nos toca de vez en cuanto un pedazo de sufrimiento, pero a veces ese sufrimiento nosotros mismos nos lo provocamos, nos echamos encima cargas insoportables de tristezas que no nos pertenecen, simplemente para tener más que llorar, como si no suficiente la dosis que nos entregan al nacer.
Estoy en el techo de mi casa, me subí por la escalera del vecino que utilicé sin permiso; el caso es que me subí al tejado como una gata y empecé a observar las estrellas y los demás astros que el cielo encierra en su pintoresco cuadro nocturno. Entonces acomodé en la mejor posición que pude mi cabeza, tal gata echada, para lograr enfocar con atención las historias que imaginaba mi cabeza. A veces me vienen a la mente esos pensamientos casi sicóticos donde no hay protagonistas, esa sensación de ser la única que observa con detenimiento al panorama especial que se desarrolla frente a nuestros ignorantes ojos, a nuestra escasa visión. Contuve la respiración para encontrar en ese momento de apnea el infinito sentimiento de soledad que lo acompaña siempre.
No quise decir que te mataría, era broma. Tampoco quería que desaparecieras, pero si me alegra que no estés acá arriba. Me gusta la idea de estar sentada en el tejado mirando mi interior; estar contemplando las estrellas. Seguro estás pensando pedirme que baje ya, que no haga tonterías y que me deje de esas cosas sin sentido que caracterizan mis rabietas. No es que no me guste la idea de estar allá abajo con vos, seguro acurrucada sobre ti viendo alguna película de esas, las mismas que cada cuando debo ver por comprensión, por no ser egoísta, por querer ser parte un momento de tu mundo. Sí, seguro ya me habría tomado el té y leído el periódico, en lo de menos estaría con mis pijamas entre las sábanas esperando que me aparezca el sueño. Ya probablemente me habrías regañado por la absurda discusión que tuvimos, habrías puesto los puntos sobre las íes ganando la situación, volviendo a tu antojo y para tu nido. Y es que a veces hay que saber que se ha perdido la discusión, lo difícil es aceptarlo, aunque esta vez he tenido razón yo.
Acá arriba se está bastante bien -aunque sufra de vértigo- lo que hago es ignorar la altura y no me asomo a la orilla aunque si mi perro no deja de llamarme. Me he comido un chocolate que encontré en la cocina esta mañana, había olvidado que lo había comprado hace dos días, también traje un montón de uvas, las que quedan de las fiestas para la buena fortuna, un libro que no he abierto y toda mi vida. Me he subido al tejado para ver de cerca las estrellas y el futuro que no se revela, me he montado en la cabeza la idea de irme de nuestro planeta y encontrar las raíces del mío. Se me ha ocurrido que dentro de poco se habrán ido todos los suspiros con el viento y que las hadas de colores se tomarán de las manos haciendo cadena de recuerdos. Sabés podría escribir un cuento ahora mismo que estoy así resentida, ahora que mis emociones le están ganando a los sentidos; seguro hablaría de los rencores de amar demasiado y olvidar a poquitos, qué extraño todo esto que viene entre líneas, le ganan el partido los resentimientos a las alegrías, será que nuestra personalidad maquiavélica es capaz de sabotear lo que sentimos y nos hace capaz de ser abstractos, encerrados y engreídos?
Ha pasado un siglo ya desde que llegué acá arriba y seguro estás abajo preparándote un snack y pensando lo mismo. Creo que voy a bajar y a buscarte en la cocina, te abrazaré; es probable que me abraces, ronronearé para vos y buscaré que me mires con esos ojos de ave herida que yo conozco, sé que con la mirada después vendrá un beso y todo está olvidado. Si no fuera por el amor que sería de nuestras vidas?

Perdonar?

Perdonar? Claro que sí se hacerlo, yo he perdonado a quien me ha traicionado, a quien me ha mentido, a quien me ha olvidado; he perdonado a la vida por las vueltas que me ha dado. Incluso te he perdonado a vos... a tu incapacidad de entenderme, a esa castración extraña de sentimientos, a la ineficiencia de tus sentidos por devolverme interés.... tal vez darme un poco de vos.
Yo perdono; siempre lo he hecho, perdono al mundo, perdono a los que me hacen daño sin saberlo y a los que lo hacen sabiendo lo que me están haciendo. Perdono a los que no me entienden, persono la ignorancia, a mi soledad que me encadena y se ha vuelto parte de mí. Perdono que te hayas ido después de entrar casi sin permiso en mi mente...
Yo sé perdonar, sólo que no olvido por completo, prefiero dejarme guardados recuerdos que me ayudan a fortalecer ese perdón que doy. Es una forma de garantizarte que alguna vez fuiste perdonado, que dejaste algo en mí y que a cambio te obsequié una parte de mi vida, insignificante o no, un momento que tal vez fue importante para mí.

Las Paredes

Las paredes hablan idiomas extraños, se confunden con ronquidos si haces silencio y escuchas atento. Ellas guardan sabiduría, imagino cuántas cosas han visto?. Son testigos mudas de un sin fin de experiencias, amores y desdichas de todos los prójimos que las habitan. Me he puesto a pensar en todas las cosas que podrían explicarnos, de la infinidad de consejos que saldrían de sus bocas –si las tuvieran-. Cuántas cosas podríamos aprender de ellas, valorar mejor nuestra consciencia y nuestro sentido del habla, por ejemplo.
Podrías pensar que son cosas inanimadas, que no entienden, que no sienten, pero guardan en sus corazones pasados eternos llenos de emociones, casi como nuestra mente.
Imagino la casa de mi abuela llena de risas de todos sus hijos, sus nietos, de ella misma y sus canciones. Las paredes de esa antigua propiedad aún se mantienen erguidas en el centro de la cuidad, incluso llenas de mi llanto inconsolable del sin fin de vez que caí y me levante llorando para que alguien se apiadara de mis heridas infantiles y me curara con caramelos y caricias.
A veces voy caminado y miro esas paredes llenas de memorias, son dignas de respeto aunque algunas estén comidas por el tiempo y los ratones que se aprovechan de que ellas no se pueden rascar ni sacudir. Todas ellas con bordados ancestrales y llenas de estrellas de las luces de veranos eternos que les han pasado cerca. Otras veces hecho a llorar cuando las veo derrumbarse, o peor aún, ser derribadas sin ninguna clase de piedad, como si fueran ya algo sin valor, algo poco útil. Pero no es que quiera justificar estas barbaridades, por el contrario quisiera que alguien comprenda que por lo general hacemos eso con lo viejo, con lo antiguo: dejamos de darle importancia, dejamos que se vuelva estorbo, sin sentido y entonces lo tapamos, lo escondemos o peor aún lo derribamos; así es más fácil, no lo vemos más y damos paso a algo nuevo; y no es que esté mal -no, no -, es que dejamos de creer en nuestras bases, dejamos de creer en nuestro pasado, en nuestros fundamentos y pensamos que sólo el futuro tiene un verdadero significado, que somos hijos de la tecnología (bueno yo no, yo soy hija de mis padres, de mis abuelos que no tienen mi la menor idea de cómo encender una pc y que se asustan al escuchar música salir de diminutos aparatos que ya ni se conectan ni usan baterías AA)
Ahora bien, imaginemos a las hermosas y blancas paredes lo tristes que se deben poner las pobres, que ninguno les haga caso, que las ignoremos, las rayen y las boten sin respeto, sin siquiera mirar por un momento su historia y todo aquello que tienen para contarnos.

martes, 24 de julio de 2007

Los Seres de Colores

Vamos a ver si logro explicar sin hacer enredos. Es que a veces siento que nunca podré ser exacta y precisamente de alguien- no es que sea infiel, todo lo contrario- Tengo la vida ramificada, soy como un árbol: tengo el tronco que me lo hicieron fuerte y delicado al mismo tiempo, tengo dos largas ramas que se abren al sol como brazos, de donde salieron las semillas que dieron vida a estos dos árboles que plantaron cerca mío. Dos arbolitos que se mecen con el viento y cantan canciones conmigo, hermosos arbolitos que me hacen compañía, individuales y tan bonitos, parte de mi pero distintos. Gracias infinitas por estos arbolitos que me enseñan cosas nuevas y que conservarán en sus memorias como me veía de joven, testimonio de que fui alguien y que hice algo importante.
Además, de mis ramas se extienden todas esas pequeñas ramitas y hojas y flores, pero ahora quiero hablar de mi parte interior, esa parte donde mi vida esta ocupada por estos seres de colores con los que me comparto. Puede sonar algo raro, pero si me pongo a explicar no es tan absurdo lo que estoy diciendo. Es un tema demasiado profundo, demasiado hermoso, demasiado particular. Me pregunto cuántas personas- digo árboles- en el mundo tendrán seres de colores para compartirse y si los tienen: serán como los míos así puros y particulares?
Yo soy yo, en sí mi color es azul (porque es mi favorito) aunque algunas veces me ven un poco café, eso depende de mi estado de ánimo, además del color con que me vista, porque si las ropas me combinan con mis ojos mucho mejor para ellos. Veamos, donde estaba? Ah sí: mi color! Es fácil pensar que el azul (o sea yo) combina con muchos colores, pero no, estoy hablando de la mezcla perfecta de tonos que hace que seamos tan parecidos y tan diferentes. Es que creo que somos todos diferentes azules (celestes, cian, cielo) y también diferentes cafés y rojos, tonos de naranja que combinan unos con otros, incluso nos entremezclamos tanto de formamos verdes perfectos y algunas veces púrpuras poderosos que mantienen más fuerte nuestros lazos y amores perdidos.
Todos son diferentes, y significan diferentes cosas. Somos una mezcla de relaciones, por ejemplo: para alguno de ellos puedo ser las alas que necesita para volar y para mí, es el quien me puso estas alas y me enseño a hacerlo –tirándome de precipicios en picada, casi suicida- me enseñó a confiar en la fuerza del aire, en las montañas y en lo que miro. Me enseñó a enfrentarme sin miedo, a quererme así como soy casi sin reflejo, con pasados dolorosos e imborrables.
Tenemos todos diferentes papeles, roles, unos para los otros. Yo soy consejera o mejor dicho el cofre de los secretos, soy también la compañera de des balances y en ocasiones soy la que guarda silencios para que el entienda que yo no opino, que en ese instante infinito yo no siento, hasta soy imparcial o estoy pasándome del lado suyo con mi silencio.
Tengo otro ser me puso una corona y a mi me encanta, me mira como yo lo miro, es profundo y casi entero. Mi confesor, mi vigilante, mi puerto. Aunque por años vagamos juntos en senderos que dan miedo; nos metimos en enredos y salimos juntos de todos ellos, somos telepáticos, profundos y sinceros, no hay que hablar para entendernos. La mayor parte del tiempo su mirada me señala lo que yo pienso, entonces nos aprendimos a comunicar en silencio, con voces que los demás no escuchan, con gestos que los demás no entienden. Es solo una necesidad diferente, más amor? Quizá sí, quizá no; es una forma diferente de sentir…
Otro me inspira, algo así como mi parte cerebral de la cual voy tomando pizquitas que me ayudan a entenderme, por lo menos eso es lo que hago la mayor parte del tiempo, me guardo sus palabras y las anoto para no olvidarlas.
Me vuelvo el ancla para la realidad que vivimos, la nuestra distinta a la de los demás y de eso estoy completamente segura, porque la nuestra brilla mucho más. Con cada rumor de nuestras risas, con los lamentos o las decepciones estamos juntos, yo recogiendo lo pedazos que se van cayendo cada vez que alguno pierde las alas y con las plumas me hago una almohada, una inmensa almohada que me sirve de colchón cada vez que voy de caída, entonces no me lastimo por más duro que caiga, además me abriga el alma y me hace soñar mejor.
Todos mis seres son especiales y con todos me divierto. Soy una parte escondida de sus más íntimos secretos y ellos para mi son un pedazo de mi cielo. Todos juntos forman un ser espectacular y por separado cada uno me da lo que necesito que me den a su tiempo. Me reconforto en sus brazos y los observo a veces a lo lejos tan radiantes, futuros y ajenos. Porque he de confesar que ninguno de ellos es mío, ya todos tienen dueño, se compartieron con otros seres del cielo tan hermosos como ellos. Pero no me causa dolor verlos llegar a mi ventana a pintarme y traerme caramelos, yo se que se irán y luego volverán otra vez como las golondrinas de la poesía.
Para ellos soy un retoño de algo que seguramente está en constante desafío a las ideas que nos imponen desde niños. Podría ser la parte femenina que no ha muerto, pero para mi ellos son muchas cosas, puedo decirte que son mis lienzos, mis dibujos, son más que alegrías, son infinitas ganas de vivir a lo eterno.

Cosas que pienso

Conectemos palabras al corazón y usémoslas de termómetro para las emociones. Veamos que pasa si nos unimos para sentir juntos, para desplazar a la soledad y volver a sentir. Ha sido despacio como he ido entendiendo, casi como aprende un niño a dar sus primeros pasos, que encontré mi camino, a golpes y trompadas y tantas veces a empujones pero llegué…

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Desenredar el alma es como escarmenar los pensamientos uno a uno, quitar los nudos que se atraviesan entre la razón y el corazón y encontrar el equilibrio justo donde empezar a ser yo otra vez, dejando de lado las estrellas, las rosas y los escombros de algo que nunca fue, que se ha perdido y no tengo idea de cómo encontrarlo.
Estuve pensando que mejor salgo sola, aunque llueva torrencialmente allá afuera, mejor si voy al parque. Lo importante es salir de acá adentro y empezar un nuevo camino, pero uno nuevo lleno de colores como los que pinta mi niña con arco iris y flores, y caballos y pajaritos. Pero que fue de todo aquello?

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La curiosidad es una característica de mi personalidad, soy curiosa como una gata, me hago y deshago en mil preguntas, algunas sin sentido; otras con la que les complico las mentes a quienes están cerca de mí. Me la paso divagando, estudiando, entendiendo casi como un niño al mundo que me rodea.
Soy curiosa de nacimiento, así he ido creciendo, por pura curiosidad conocí al mundo y todos los que me rodean. Aprendí a conocerme y a entender a quienes tengo conmigo. No dejo de hacer preguntas y creo que llega el punto en que me confundo con uno de mis hijos.

Robando pensamientos

Esta vez me dijiste algo que me ayudó a transportarme, que he decidido no puedo ignorar. Te he escuchado hablar de las personalidades que tenemos cada uno, que a veces sin ser seres desquiciados o esquizofrénicos compartimos nuestra personalidad madre con unas cuantas ramificaciones que casi se hacen autóctonas, como partes pequeñas de un todo son tan importantes que resultan casi imprescindibles para sobrevivir el día con día que nos desgasta o que nos permite entrar en nuevos mundos, nuevos colores, nuevas experiencias.
Veamos, yo podríamos pensar que tenemos una sola personalidad, es relativamente cierto, es una que nos domina casi todo el tiempo. Pero si me pongo a profundizar dentro de mi, me doy cuenta que soy muchas a la vez. Igual que vos, descubrí que también tengo mi personalidad espiritual, sabés, esa es muy personal y no debería estar guiada por ninguna doctrina ni por nadie. Esa es mi parte libre y toca profundo el alma, una conexión entre lo sacro y lo mío, sin importarle un bledo que si estoy o no bautizada, si confieso a los otros cristianos las traiciones que cometo o cómo me las he arreglado para llegar hasta donde estoy, solo importa que compartimos un espacio juntos: el Ser Supremo (no tengo intensión de llamarlo solo Dios, porque es más que eso) y yo-. Hasta que me desenrollaste mi complicada mente no entendí que todos tenemos esta parte, solo que no para todos es fácil de aceptarla o sobrellevarla, es una personalidad que muchas veces permanece dormida o arrullada por nuestros temores y fantasías.
Si desgloso una por una las fases de mi vida, me doy cuenta que además de ir cambiando la personalidad o mejor dicho amoldándola a situaciones, a los cambios “normales” que suelen darse de la infancia a la edad adulta, que son infinitos y crueles, -es por eso que te admiro tanto, por esa fuerza de voluntad que has mantenido, por haber logrado ganarle al tiempo y conseguiste vencerlo, te dejaste un pedazo de niño dentro, mejor dicho un pedazote inmenso, que te hace ser tan vos.- Entonces me doy cuenta que el pasar de los años me ha hecho convertirme en un ser de diferentes tipos: amiga, compañera, madre, hija, persona y mujer (porque el género tiene mucho que ver con el número de personalidades, las mujeres siempre vamos a tener una extra, esa yo “hormonal”, el ser casi angelical y demoníaco que nos domina de vez en cuando).
El conjunto de todo nos forma a nosotros, esa mezcla casi perfecta de imperfección es la esencia de lo que somos, de lo que lograremos, de cuánto nos queremos, cuánto somos capaces de amar y de cuán valientes somos para enfrentar al mundo en el que vivimos.
En sí soy una sola, con muchas otras yo que flotan en mi misma, esa que ves… Soy la misma siempre, trato de ser transparente y colarme entre las gentes, incluso difuminarme entre los colores de otros, es mi constante necesidad de saber. Y yo, como siempre, que me filtro detrás de los pensamientos de las personas que quiero, y escuchando como me enseñas, voy tomando ideas para escribir tus pensamientos.