Si me acerco a tu puerta y dejo abrir mis ojos de fiera; si me deshago las horas enteras entre suspiros y miedos; si me estremezco imaginando lo que hay allá afuera…
Me convierto en gata, me transformo y me asomo a mi ventana. Me oculto tras la cortina de seda que deja translucida mi figura y te observo. Observo como te vas a lo lejos, como te acercas. Te observo fijamente como a mi presa y me imagino las maravillas de tu belleza.
Pasa el tiempo y que me importa, te estoy esperando acá adentro; yo quiero encontrarte, quiero tenerte, quiero vaciarte y hacerte un pastel.
Me pregunto qué miran los otros tras sus ventanas, encontrarán ellos lo que están buscando o miran solo por mirar? Se transformarán los otros en gatos como yo o solo pegan asustados como las moscas contra el cristal tratando de escapar?
Hasta dónde llego, hasta dónde puedo, hasta dónde me alcanza el pensamiento para imaginarte mío sentado en mis campos y brillando conmigo.
¡Qué fácil es soñar! Cuántas veces más me desharé en olvidos y renaceré en sonrisas, en pecados y cosquillas. Invítame a pasar o te invito yo que da igual; entra a mi nido, a mi casa, a mi vida, a mi ventana y no salgas más…
No hay comentarios:
Publicar un comentario