jueves, 27 de septiembre de 2007

Esa clase de "Amor"


Me la paso divagando, mejor dicho filosofando como el perro del cuento de mi hija, que para ser un libro infantil tiene un contenido fabuloso: dice que un perro es filósofo cuando no tiene nada que hacer y se la pasa pensando en la vida, hundiéndose en un crisis existencial, tal como lo hago constantemente buscando las respuestas a esas preguntas -algunas sin sentido, otras que a la hora de saber la verdad preferiría no haberla conocido y se queda en mi mente imágenes como estampas de tal tema o tal otro.
Como ya lo he dicho antes, me considero una persona bastante cuestionadora, bastante curiosa. Todas las mañanas cuando me levanto y vuelvo en sí del emocionante viaje al que he ido se me mete una idea en la cabeza, la mastico lavándome los dientes, tomándome un café para poder empezar todo aquello que me espera. Esta mañana me levante con la idea del amor, será porque ayer hablé contigo toda la noche y lo último que recuerdo fue tu descansa y mi te amo…
Pues me he puesto a pensar que eso de amar a lo humano es verdaderamente cruel, amante es un sinónimo de dueño o dueña, de amo o ama y de ser el señor o señora de alguien. Tenemos tanta necesidad de pertenecer a algo o a alguien que a veces lo hacemos a todos los costos. También tenemos la necesidad de sentir nuestros pies sobre la tierra y que alguien sea nuestro, algo así como mi carro, mi casa, mi perro, mi ropa, mi amor…
Nos enamoramos y caemos rendidos a ese abismo de amor en el cual la mayoría pierde parte o su personalidad completamente. Nos enamoramos y dejamos de respirar por nosotros mismos y entonces sentimos soledad cuando estamos con nosotros mismos y la necesidad de que nos amen, de que nos toquen la carne, por qué no hacerlo nosotros mismos, por qué no despertarnos por la mañana felices de estar solos y de tener un espacio para escuchar solo nuestra respiración.
Cuando era pequeña una vez vi aquella película llamada Coccon, se acuerdan? Se me viene a la mente la escena en la que la guapísima extraterrestre quiere “compartirse” con el insignificante humano dándole la mejor satisfacción de su vida. Será que nosotros en lugar de “amarnos” podamos aprender a compartirnos de esa manera.
A mi, sinceramente, esa manera de posesión me da miedo, me asusta de sobre manera que alguien por mera necesidad quiera que sea parte de su propiedad y él parte de la mía. Yo creo que por eso fracasan las relaciones, bueno en mi caso la mía ha fracasado por otros muchos factores que no vienen al caso en este momento, pero me resulta frustrante pensar que para ser feliz haya que socialmente poseer a algún individuo que me dará alguna clase de “seguridad” y “amor”. No somos ni de nosotros mismos, porque en sí somos ínfimas partes del Cosmos, entonces cuál es la razón de este absurdo tema?
Me encantaría compartir tu alegría y que yo comparta la tuya sin cruzar la delgada línea de mi personalidad o la tuya. Sería bello poder disfrutar juntos del silencio, sin miedo, porque no siempre hay que decir lo que se piensa, estar solo juntos sabiendo que estamos en nuestros cuerpos pero la cabeza de cada uno está en su mundo aparte. Y esto no es egoísmo es vida, empezar a depender más de nosotros mismos para ser felices y dejar de pensar que la felicidad se encuentra en las manos de otros.

Adoro compartirme contigo, encontrar rincones donde seamos compatibles, pero también me encanta cuando no preguntas, cuando me permites solo ser.
Han escuchado ese refrán: “Si amas algo déjalo libre….” Por Dios!!!! Qué horrendo!!! porque te están diciendo que antes tenías enjaulado a un humano en tu prisión? Que si vuelve como paloma a su encierro de protección entonces puedes dejártelo? Vaya forma de ver al amor la de nosotros!!! Es casi como estar programado o programada para esa clase de acción o pensamiento grotesco y absurdo…
Seamos libres y amémonos bien, seamos vos y yo y dejemos de lado la tortura, seamos felices y disfrutémonos así tal cual venga, tal cual sea el “camino” que nos toca andar juntos.

martes, 25 de septiembre de 2007

La vida no es "light"


Pues ayer fui al supermercado, ese recorrido infernal del que debemos hacer uso, tanta gente que se pasea esperando que los productos ingresen por sus medios a sus carrillos porque parece que no se dan cuenta del tiempo que se la pasan mirando cuidadosos las etiquetas de los cientos o miles de productos que están en los escaparates.

No es en sí que me moleste el hecho de que hay que conseguir todo aquello que necesitamos para llevar a cabo las delicias cotidianas y mucho menos hablando de mi profesión, eso debería ser casi un placer un orgasmo mental… Solo que el recorrido se vuelve engorroso, luchando contra la mala forma de parquear de otros, contra los niños que por poco y atropellas porque sus padres los dejan libres tal parque de diversiones y se la pasan molestando y desordenando las verduras de los pobres empleados. Y ni que decir de cuando se acerca la hora de ir a la caja registradora y la fila de cristianos llega más allá de lo imaginable. Luego buscar un medio o tu auto salir del parqueo, especialmente en noche de pago, porque les cuento que en mi “cultura” se acostumbra a ir todos en manada y además hacer vida social en los pasillos.

Sin embargo la vida nos invade de etiquetas, nos persiguen los estratos sociales, hasta las marcas de dentífricos y de toallas femeninas que acaparan pasillos enteros de confusión sin saber en sí cual es la diferencia entre unas con otras. Y ni qué decir de las demostradoras que tal devoradoras de clientes se lanzan con muestras de productos, tal así que podríamos decir que en día de pago salimos llenos del supermercado o más antojados que nunca.

Quiero hacer referencia a esos productos “Light”, todos esos fat free, in line que se han vuelto más frecuentes en los escaparates y congeladores. Esas cosas nos engañan!!!! Nos muestran a esos seres casi perfectos como Dioses, que comen y no engordan, que se conservan en alcohol tal cual especimenes rarísimos de humanidad y capaces de hacer que los veneremos. Y siempre he tenido una pregunta: si tienen menos grasas por qué nos cuestan más caros?

Yo no soy capaz de hacer ninguna clase de dieta, a menos que hablemos de la de Lucho o alguna de esas que promueven las relaciones humanas. Incluso llegué a comprar algunos de esos dichos productos pensando en que no se es bello por siempre, que hay que cuidarse mágicamente como lo hacen en las revistas de modas.

Ayer abrí los ojos, me di cuanta que la vida no tiene nada Light y la verdad no me gustaría que lo fuera, esa lucha contra corriente exponiendo nuestras personalidades a cambios y retos; y yo soy una excelente competidora, no me canso fácilmente y me encanta alcanzar la meta, hablando de cualquier cosa en sí especialmente en cuestiones que llamen mi atención. Un poco neurótica, como la mayoría del mundo, pero bastante placentero darse cuenta que si no se ganó se jugó el juego. Esta vez el juego fue salir bien librada de la tarea de hacer mis compras…



lunes, 24 de septiembre de 2007

Se me parte el alma, paloma transparente...
Pero no se me parte porque sufra,
se separa porque te busca.

He dejado que vuele lejos
que vaya a tu encuentro.

Somos todos mitades, cuartos, tercios
de otras almas que se nos parecen,
que se nos escapan de esta vida.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Un mensaje para vos

De alguna manera te estoy hablando, no es mi intención encender tu mente, ni cautivar tu mirada, ni prender fuegos y menos encontrar cama. En este mensaje no hay rosas, porque las mías todas tienen espinas, no hay estrellas, ni nada; sólo soy yo: temblando algunas veces, porque debo confesar que siento miedo. Y es que una nunca sabe a ciencia cierta que sucede en el interior, a excepción de esos días en soy más mujer, menos muerte y escorpión, pero de eso no vine a hablarte. Te traje este mensaje sencillo en el cual quisiera decirte: ballena blanca, belleza interna, humildad de pobre, abrigo de enfermo…

Estas líneas no son de amor, eso no puedo escribirlo, todavía no es mi tiempo. Solo escribo verdades donde leas que no soy una mujer voladora. Talvez encontraras mis dibujos todos juntos y yo dentro de la botella sin magia, sólo yo, sólo carne, sólo piel, un poco centella, con ganas de invocarte, buscando llegar más allá de donde he llegado, dulce o amargo me da lo mismo.

Talvez te diré que, quizá encuentres lugares llenos de mi, de mis fotos, de mis cuadros, de mis permisos tontos y de lo que no te he dicho. Entonces mi mensaje te cogerá por la cara y hará que leas atento esto que te estoy escribiendo. Pero recuerda que estas no son palabras de amor son mis verdades, mis historias, mis sueños y pesadillas todo junto en reunión de femeninas marchitas del camino que toman las palabras cuando han sido mal dichas, mal escuchadas, mal escritas, mal leídas. Y ellas todas se quedarán quietas para que observes bien sus caras. Seguro se pelearán por tu atención, por tu recuerdo, por el instante en que quieras besar una de mis mejillas; mejor bésame las dos, o la boca, las manos, el cuerpo, la piel y hasta el alma que a eso estoy acostumbrada.

Recuerda que estas son sólo palabras, lenguaje, vocablos, oraciones; que amor es demasiado, eso no existe en este momento. Para mi existe el blanco y el negro, el llanto y la alegría, el sonrojo y el descaro, de mentiras y desilusión, de eso conozco demasiado. Talvez exista para vos la ilusión y la tristeza; amor es una palabra muy grande para abarcarnos. Y yo me quedo yo, siendo la misma, no tan piedra ni tan aguja como quisiera y vos seguro te quedas siendo el mismo.

En este mensaje he encerrado los caprichos bajo llave, lejos de los dos, he envuelto mis manos para curarme sola las heridas. Y es que entre nosotros nunca va a existir un ganador, esa lucha no nos pertenece, no existe, el poder es casi una forma de amor que no nos va, que no se acomoda a mi piel, ni a mis ojos, ni a mi libertad y a el poder yo no lo quiero.

Entre estas líneas encontrarás mis inciertos, mis desdichas que no te importan, ni tienen por qué. Así inmutable, pasajero, pertinente, tierno y orgulloso, casi tempestad. Te recuerdo que no te amo porque no te tengo, solo escribo y escribo lo que siento, no persigo lo que vuela, sufro de vértigo; no suspiro porque estoy respirando, por ahora sueño sólo cuando estoy dormida, no busco acurrucarme porque no tengo tus brazos. Soy un ángel en el paraíso y también tengo mi propio infierno, eso quisiera compartir contigo: que te vengas para acá y te quemes conmigo, que ardas como madera fina, que te dejes consumir quizá un poco y dejes que te respire.

martes, 11 de septiembre de 2007

Cosas de la Vida

Todos tenemos un ángel de la guarda, mejor dicho un dicho un guardián para nuestra vida, el mío casi ninja y trabaja horas extras desde que decidí salir a conocer la vida. Debo confesar que no debe ser nada fácil su trabajo conmigo, porque soy terriblemente despistada, recuerdo una vez que casi me maja un auto por ir pensando en los *·%%·&%·- de alguien y frenó en mis narices, bueno probablemente más en las tuyas que en las mías ángel mío!!! Además soy inquieta y bastante curiosa desde niña, cosa que me imagino te ha llenado de problemas.
De pequeña mis padres y mi abuela me ponían a rezar, tal como un ritual todas las noches aquella oración en memoria de los ángeles guardianes, recordándoles que estamos y recordándonos que ellos están. Tal como me enseñaron este mismo ritual se lo enseñé a mis pequeños, que lo repiten todas las noches en mi presencia. Pero además de ese pequeño momento de la noche, paso todo el día ignorando su presencia, realmente casi nunca recuerdo que está conmigo, para nada atribuyo sus favores a su mano sino a la mía, o al destino o al prójimo que fue grato conmigo.
Nunca te ha pasado que has estado a centímetros de tu muerte y “algo” mágicamente te lo quita del camino y sales sin un rasguño?, - como el despiste que acaba de poner de ejemplo-.
Pues se me ocurrió escribirle un cuento a mi ángel, algo así como para que se sienta conmemorado, para que se dé cuenta que lo necesito, y que hoy no solo no sea solo por la noche, cuando infantiles y sabia palabras me recuerden que está conmigo.
Acaso te acuerdas tu del tuyo? O te pasa casi lo mismo que a mi? Tu y yo, que compartimos mundos y peligros, que desafiamos tantas veces a la vida y nos encontramos haciendo bungee jumping con hilos de telaraña. Pues bien, aquí te dejo mi cuento, lo quiero compartir contigo para que lo leas, o se lo leas a tu ángel, quizá se alegre como el mío. Ahí te va:

De repente sentí un escalofrío, estaba hablando contigo y no te escuchaba más… Te habrías ido o habría dejado de escuchar yo?
Todas esas quejas que te repito día a día y vos, sin voz para decirme que me calle ya, que te deje en paz aunque sea por un ratito, que te de un descanso, un momento a solas; porque ni siquiera cuando duermo tu reposas – me tomas de la mano y me llevas a volar, pero creo que en esos momentos soy más sencilla, más moldeable, menos humana; un poco mariposa, quizá hasta un poco ángel-.
Te ignoro la mayor parte de las veces, se me olvida que caminas a mi lado, que me velas. Olvido que nunca estoy sola, que soy parte o la totalidad del trabajo que tomaste cuando decidí nacer.
Las veces que he llorado!!! Tantas veces que he preguntado y digo no tener respuestas, seguro estabas del otro lado muerto (o muerta, la verdad que no sé que género tienes) de angustia, que me levantas y yo muñeca de trapo que caigo de nuevo. Mi pobre consciencia, mi querido desvelo, yo tan egoístamente humana y vos tan bueno!!
Pero te escribo para que sepas que he tomado consciencia de tu presencia, me he dado cuenta absolutamente que estas conmigo y que cuando mis ojos lloran mi mano es la tuya que me limpia la cara, que es tu respiración la que siento por la noche cerca de mi, que es tu brazo el que me empuja a seguir por el camino y que son tus cosquillas las que me hacen reír sin entender.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Qué hermoso!!!

Qué te puedo decir? Ser mamá es una combinación de algo fácil y difícil al mismo tiempo… Al principio, la primera vez que me di cuenta que alguien ya existía dentro de mí me asusté muchísimo, el mecanismo en sí de cómo había pasado aquello lo conocía bastante bien, pero nunca me imaginé y menos a esas edades en que eres todavía una mezcla entre súper héroe e inmortal. Sin embargo lo tomé bastante bien y desde que llegó a mi vida, he ido creciendo yo con él y él conmigo.
La segunda vez aceptarlo y vivirlo fue más fácil, si no menos doloroso. Es una lástima que seas hombre, porque esto por más de que te lo explique nunca podrás comprenderlo al 100%, es una cuestión de género más que de otra cosa. Sólo imagínate lo que es saber que vas a sentir el peor dolor de tu vida, que vas a servir de puente para que alguien llegue al mundo. Es un sufrimiento aceptado, es casi un sacrificio pero el premio no tiene fin.
La maternidad es un sentimiento que podría describirlo como egoísta porque es entre aquella mujer y su hijo, muy profundo… Darías tu vida por alguien? Yo ya la he dado dos veces!!!! Es muy impresionante la fuerza y el poder de una mujer en esos momentos, casi inderrotable. Por unos momentos ella es un dios capaz de crear y hacer llegar al mundo a un ser diferente, alguien nuevo bajado del cielo por las manos de los ángeles.
Si lo piensas todos estamos aquí gracias a la fuerza de nuestras madres, a ese momento en que no se puede decidir solo pensar en hacer lo mejor que puedas para tenerlo entre los brazos.
La maternidad es una ternura, un símbolo místico, la perfección de la naturaleza. Es un recurso inagotable porque mujeres hay miles y en sus vientres millones de semillas todas listas, preparadas incluso desde antes de nacer.
No existe un momento de mi vida que no agradezca la oportunidad que se me fue dada, que no vea a mis creaciones andar por la casa, pelearse por mi regazo, pedir de comer, mirar la TV, escucharlos hablar y reír, despertarse y jugar, ser ellos hasta cuando se amarran los zapatos. Con sus personalidades de formas y colores distintas a las mías, pero tan míos como el aire que respiro aunque sea por un momento, por su infancia.
Y los veré levantar vuelo y sonreiré, segura, tranquila que fui yo la que les di la vida.

viernes, 7 de septiembre de 2007

La rutina de la vida

La gente dice que la vida es una rutina, para mí no lo es. Pues me levanto todos los días temprano, en la carrera matutina de preparar a los niños, las meriendas, los almuerzos, prepararme yo, dejar la casa de buena manera, porque mi abuela dice que nunca hay que salir de casa dejando ropas tiradas y camas sin hacer o el baño y la cocina desordenados; dice que no vaya a ser que entren a tu casa de emergencia y se lleven una mala impresión de ti, algo así como el tema de la mala ropa interior y los calcetines con huecos.
Como ya lo sabes voy a trabajar todos los días, igual que la mayor parte del mundo. Me encamino al mundo, tomo los medios (que odio por cierto, porque la mayor parte de las veces la gente que viaja en ellos no tienen ninguna clase de consideración, como el otro día que se sentó junto a mi un muchacho que probablemente tenía problemas de olfato, porque no es posible oler así y salir a la calle de todas formas).
Todos los días hago prácticamente lo mismo: llego al trabajo, enciendo la computadora, me conecto en el Chat para saludar a mis amigos y a mi hermano, y saludar a otros que no son ni amigos ni hermanos, -te preguntarás para qué los tengo ahí, la verdad todavía no lo sé, es una pregunta que merece un cuento completo-. En fin el día sigue su curso.
No es que quiera llevarle la contraria al mundo, pero la vida no es siempre la misma, cambia de color. Para mi las mañanas son algo naranja, las tardes un poco verdes y las noches azules y todos los días son diferentes tonos. También cambias de humor constantemente, comes diferente todos los días, usas ropas distintas y tienes diferentes pensamientos cada minuto. Entonces cómo es posible que la vida sea una rutina, será para quien lo quiera ver de esa manera. Además, como ya lo he contado anteriormente mi vida tiene dos extremos el yo como persona, individua, mujer y ego; y el yo madre que hace que los días sean como un juego. Lo que haga todos los días varía de acuerdo a mis emociones, a mis recuerdos, hasta a lo que soñé la noche anterior, al sexo, a lo que te conté ayer, a la película de terror que miré anoche, en fin a mis sueños…