viernes, 11 de septiembre de 2009

Los segundos corren, pasan junto a mí…
Se transforman en minutos, mutan en horas, en tiempo…
El infierno va quedando atrás,
Se va borrando y ya no arde tan hondo en mi pecho.
Lo había que tejido se ha ido deshaciendo poco a poco,
Maldito tiempo que se desahoga conmigo.
Las paredes se ven borrosas, ya no hay muros que nos separen.
Nuestras jaulas han quedado abiertas, y de mi cuerpo, te ofrezco lo que puedo darte.
Ya no tengo miedo,
Ya no tengo la asfixia de pensar en el mañana,
Ya no vale la pena,
déjame venir,
déjame encontrar,
déjame soplarte la cara, llenarte los ojos de fantasías y hacerte soñar conmigo.
Ser un regreso suave de esos que no se sienten,
una mañana caliente que se limpie la cara con nuestros cuerpos,
encontrarte colado entre mis pensamientos,
cazando segundos y enfrascándolos para que ya no escapen,
abriendo espacios donde tus zapatos amanezcan junto a los míos,
verte despertar entre mis flores muertas.
Quedarte dormido entre mis libros, que no te muerdan mis recuerdos.

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