El valor de la libertad

Nunca he tenido cadeanas en los pies, nunca he presenciado una guerra. Debe ser espantoso sentirse destruido por la miseria, por la desesperación, por el odio de las manos de los hombres; pero hay otras formas de dejar de ser libre...

La libertad es sentir el aire fresco tocarte la cara, es el rocio de la mañana que te dice que estas vivo, es el frio de la noche que se mete por la cama.
Libertad es una sonrisa, son mis carcajadas unidas a las tuyas que forman canciones que bailan las hadas.
Libertad es el comienzo de una vida nueva, una en blanco, aunque tengas ya mil años.
Libertad es el pasar del tiempo que ns va encorbando.
Libertad es el momento en que nos respiramos.
Son los buenos ratos, las comidas, los libros, los encantos.
Son momentos en que puedes decidir tu llanto, tus emociones, tus desvelos y hasta tus orgasmos. Libertad es sentirte flotar despacio, es bañarse por las mañanas antes del trabajo.
Libertad es darse cuenta que somos solo humanos, que no pertenecemos a nadie más que a la infinita creación de un Universo fantástico. Que yo no soy tuya porque no me has comprado, que tu no eres mio porque me importas un carajo...
Libertad es darte la mano, es hasta lavar los platos. Comer a deshoras hasta que nos de la gana...
La libertad no se compra ni se vende porque no viene en frascos; no se encuentra en ninguna ciudad, casi en ningun lado. La libertad está en el corazón de aquellos que la desee algo así como querer una amante perfecta, una madre, un ángel.
La libertad es sentirte conmigo, despertarme y porder dar vueltas en la cama, rozarte por las mañanas.
Libertad es sentir que brillamos como soles, que le debemos algo a alguien que esta sobre nosotros y nos mira soprendido como nos vamos tomando confianza y nos apropiamos de la carne.
Libertad es un suspiro, un momento de calma. Una explosión de sentimientos y de culpas por pasados que no se borran y que marcan el destino de eso que seremos mañana.