jueves, 28 de febrero de 2008

Mis Fantasmas...


Le tengo miedo a la oscuridad, a las noches en que me desvelo porque pienso demasiado,
Le tengo miedo a la soledad aunque si es parte de mi,
Le temo a los buenos ratos porque mañana los echaré de menos.
Le temo a las horas que paso, como una niña, soñándote despierta;
Me asusta el silencio de momentos donde se necesitan palabras.
Odio el tiempo que pasa y yo sigo estando aquí,
Odio las noches en que puedo ser tuya porque mañana no seré…
Odio los momentos fugaces porque me dejan más vacía y más después.
Odio sentir miedo de abrazarte,
Odio sentir temor de perderte porque no te tengo,
Odio querer quererte esa necedad de necesitar sentir algo aunque no sienta.
Temo sentir que me respiras.
Le tengo miedo a los momentos en los que sufro, porque han sido tantos;
Le temo de sobre manera a mis malos ratos,
A sentir que no siento nada porque no soy capaz de hacerlo.
Le tengo miedo al amor, a sentirme enamorada al fin y al cabo eso no deja nada…
Tengo miedo a perderme y no volver a encontrarme,
Le temo a la vejez que se robará mi cara de niña.
Temo sentir este odio por dentro,
Temo sentir que dentro no hay nada,
Temo sentir que mis ojos se derriten en lágrimas que no cesan.
Temo por mí cuando me siento fría,
Temo por mí cuando siento que desaparezco,
Temo por mi cuando no me queda alivio.
Temo por mí cuando desaparezco.

martes, 26 de febrero de 2008

Las palabras… Qué complicado se hace todo cuando trato de decirlo!!!! Mejor me quedo muda, me tapo la boca y me dejo todo esto que estoy pensando para mi sola; tanto la mayor parte de las veces no sé como decirte lo que me pasa, lo que siento; no logro comunicarte qué necesito, no hay conexión entre mi boca y mi corazón, interferencia de sentimientos y razón.
Somos más parecidos de lo que piensas, si nos sentáramos a charlar por un momento encontrarías que la mayor parte de las veces somos las sombras que se rozan sin saberlo por las noches que no terminan, cada uno en un lado del mundo al cual pertenecemos. Pero yo, a dónde pertenezco? Me la he pasado huyendo y hoy no pertenezco a ninguna parte, no me encuentro un lugar donde calce, sólo conozco buenos lugares donde esconderme de mis fantasmas. Tengo años escapando de todo esto, años de cambiarme la cara para que la vida no me reconozca en la próxima esquina y me deje tranquila por lo menos por un corto rato. Tengo años de haberme fugado de esta “realidad” que me han impuesto; quiero una nueva vida, quiero encontrar una cara familiar que sepa quién soy sin haberme conocido. Quiero no darme por vencida. Quiero saber que en algún lugar y momento la vida me dará lo que necesito, lo que estoy buscando, dejarán de perseguirme los ángeles y demonios y me quedaré tranquila conmigo misma abrazada a la almohada y respirando lento, ya sin confusiones, en un eterno alivio…
Qué pasaría si me quedo quieta? Qué pasaría si me siento a respirar solo un momento y me dejo encontrar? Qué pasaría si te dejo abierta la ventana por la noche para que entres volando con el viento y me traigas todo aquello que no he querido? Qué me pasaría si me permito amar otra vez? Será sensato a este paso, dejarme caer por un momento, empezar a sentir algo de una vez por todas?

viernes, 22 de febrero de 2008

¿Te pasa?

Hay noches en que te espero, que quisiera que volvieras… pero ya no estas porque yo mismo te he botado; yo te abrí la puerta y te deje marchar.
Hay noches que te extraño, que espero que te deslices despacio debajo de las sábanas y me roces con tus piernas; pero fui yo quien se cansó de sentirte cerca.
Hay noches que me siento solo y quisiera que me estrecharas fuerte y que me ames una vez más, pero fui yo quien que no quiso más nada de tus sabores y de tus colores.
Hay noches en que quiero ser libre y tengo a tu fantasma aquí conmigo que se mueve y me desacomoda la cabeza y me desordena los sentimientos y lo odio.
Hay noches en que siento como respiras y me doy vuelta para no chocar con tu aliento.
Hay noches en que me escapo y me vuelvo otro que jamás reconocerías, me hago parte de esta noche y me convierto en los pedazos que se rompen cuando chocas contra el suelo.
Hay noches que duermo como niño, que me mezo entre las cobijas y las almohadas de esta cama que se hizo inmensa.
Hay noches que no tengo la menor idea de cómo me siento y me dejo caer en llanto y me deshago entre suspiros y a pesar de eso no te quiero más, no te amo más…

Y a mi me pasa igual…

martes, 19 de febrero de 2008

Todo lo que he aprendido

He aprendido viviendo de cerca lo bueno y lo malo,
Aprendí a no juzgar y a guardar silencio cuando es necesario. Aprendí a aparatarme de quien no me quiere a su lado; a dar espacio a tus pensamientos y a no entrar en tu espacio, que no me pertenece y no lo necesito. Aprendí a ser independiente, individual aunque a veces te necesite, aprendí a verme como mi mayor tesoro y a cuidarme como tal.
He aprendido a amar demasiado, amo a todos los que se han quedado conmigo a pesar de que yo no soy perfecta. Amo la forma en la que me miras a veces… Amo la luz de la mañana colarse por la ventana, amo amanecer con mis niños en la cama, amo llorar cuando tengo el alma triste, amo estar sola y que todo este aire sea para mi…Amo jugar, leer y pensar… Amo ver como anochece una vez más, amo desvelarme y ver salir el sol y por la mañanas levantarme buscando mis pantuflas debajo de la cama y lavar mis dientes como parte de mis costumbres. Amo estar en tus brazos de vez en cuando, en dosis perfectas para no cansar. Amo despertarme y desenrollarme de las sabanas que saben mis secretos. Amo necesitar estar con quienes amo, amo estar para ellos y saber que están para mí… Amo comer y reír, amo sentir que el viento me toca la cara y el agua me roza la piel cuando me lavo. Amo sentirme amada por lo que soy y no por quién podría ser o por cómo luzco. Amo que me ignores y me busques, amo que a veces me des cariño y que otras veces no me des nada. Amo leer tus ojos y saber que puedo ser parte de ellos por los instantes en los que me veo reflejada… Amo escucharte respirar y caer en sueños profundos de los que no salgo. Amo sentirme enamorada de los ratos bonitos, de los pasteles de cumpleaños y de las flores que traes.
He aprendido, lastimosamente también a ser infiel, eso me lo enseñó un poco la vida, lo aprendí un poco de todos los que conozco. Algunas veces le soy infiel a mis pensamientos y a lo que siento. Me traiciono de vez en cuando y me dejo herida, pero así es como aprendí a sentir!!!!
He aprendido que la vida es un dibujo bonito, que la alegría nace día a día y que nadie es capaz de regalarla. He aprendido también que las gentes se hacen sabias conforme pasa el tiempo y a este punto quisiera llegar a ser vieja como un árbol aunque la vejez me asuste demasiado.
He aprendido a saltar las noticias que no me gustan, a hacerme de la “vista gorda”. He aprendido a querer a los que me quieren y a ignorar a mis enemigos.
He aprendido a amar a dosis, en gotas o en cucharadas dependiendo de la cantidad que necesites. He aprendido a no sobrar y ser justa en el momento adecuado. He aprendido a ignorar a quienes quieren lastimarme y a escuchar a quienes me conocen y saben armar los pedazos que voy perdiendo cuando me quiebro, cuando me lastiman, cuando no encuentro la luz o la paz que se vino a vivir conmigo.
He aprendido a querer de forma racional, aunque suene imposible!!! He aprendido a buscarme en el reflejo del espejo cuando no estoy tan segura de quien soy y a encontrarme cuando me pierdo y es que pierdo muchas cosas; muchas las olvido por descuido, otras las olvido porque quiero hacerlo y las pierdo en las esquinas oscuras de lugares donde nunca más voy a volver!!!!

lunes, 11 de febrero de 2008

Cierro los ojos y puedo sentir tu respiración que se ha quedado conmigo un rato más,
me concentro en mi misma y salen mis demonios a jugar conmigo.
Si aprieto los ojos, colores bailan en mis pupilas cerradas
y sé que no tengo regreso porque no me he ido.
Nunca aprendí a conformarme,
siempre he querido más y lo estoy buscando;
no en ti ni en ningún otro,
busco y busco en mis entrañas mi calor y mi forma de ser.
Ahora me escucho respirar,
puedo sentir el latido de mi corazón como bombea mis propias canciones,
como llena mi vacío, como me hace libre…
Cierro los ojos y puedo pensar con claridad,
puedo entender por qué pasan las cosas;
entro en un espacio donde no hay soledad en mis silencios,
soy solo yo conmigo respirando juntas en un instante de paz que sólo nace de mi.
Encerrada en mi misma,
abrazada por brazos que calientan,
no hay espacios para sentir más,
no hay momentos de carne y hueso dentro de la nebulosa donde estoy viviendo;
y no cabes,
no entras,
no hay espacio para nadie más,
no hay nada que compartir en este mi egoísmo de sentirme.
Cierro los ojos, me desasocio y ya no siento más...

Solo a vos te pasan estas cosas increíbles… pero yo que te conozco te las creo todas…

Antes de empezar esta historia quisiera decir que me considero un hombre muy profundo y que la mayoría de las cosas que son banales para muchos yo las siento a flor de piel. Tiendo a ser muy explosivo de sentimientos y me encanta poder expresar lo que siento, soy algo así como un espejo donde se refleja todo lo que soy y quienes me conocen me pueden leer fácilmente, cuando me dejo, eso sí.
Era mi cumpleaños número 36, y como siempre que es mi cumpleaños ese día me siento de maravilla, reboso de alegría de recordar que tengo un año más de estar vivo, de ser parte de esto que me llena, ser parte de la energía que hace que nos movamos y seamos parte de un todo.
Me levante dando saltos de alegría, me dispuse a desayunar con mi madre, que había llegado a celebrar tan grandiosa fecha conmigo; imagínense que ella celebra conmigo el día que se estrenó como madre, que dio el paso grande y empezó a ser una mujer nueva (bueno eso es lo que ella me cuenta).
Hablamos como ya es costumbre, revivimos anécdotas de mi infancia y otras tantas de la suya. Al rato de estar en casa, mi madre salió a hacer algunos de sus mandados; uno de ellos llevar a mi abuela a una reunión y después regresaba a hacerme un suculento almuerzo para festejar mi vida.
Me quedé solo. Afuera el sol brillaba como nunca, de maravilla, era una energía particular la que vibraba por todas partes, eso era lo que yo creía por supuesto!!!
Decidí salir a caminar, sacar a mi perro conmigo. Que los dos disfrutáramos del movimiento casi astral de aquel momento mágico en el que me había sumergido. Pero déjenme llegar al punto…
Como era mi cumpleaños y me sentía tan re bien, decidí expandir mis emociones y fumarme algo que me hiciera sentirme todavía más magnífico, más entonado al universo, más yo en mi momento egocéntrico de ser yo y solo yo el que estaba de cumpleaños ese día. Entonces salí a la cochera y respire profundo mirando el sol, las nubes y los pajarillos afuera que parecía me cantaban canciones solo a mi, algo así como a la princesa Aurora que los animales del bosque le vienen a su encuentro. Solo me faltaba poner la mano que una hermosa paloma blanca se posara en ella.
El jardín brillaba hermoso, las margaritas estaban relucientes. Tomé una y la corté, me quedé observándola con el fin de conectarme con ella por un instante y comencé a caminar. Mi perro caminaba a mi ritmo y poco a poco nos alejamos de todo, mientras yo entraba en un mundo diferente a este donde vivimos, a este donde tenemos que ser más reales. Yo iba cayendo en un universo alterno donde sentía que cada vez mi aura se hacía más y más inmensa, donde mi alma casi podía tocarse y los demás podían verla. Entonces fue increíble!! La gente empezó a verme, me miraban al pasar, me miraban desde los jardines y por la calle… Los que pasaban junto a mi se volteaban a mirarme!! Entonces eso que yo estaba sintiendo lo estaba irradiando y todos podían sentirme también… Era mi cumpleaños y ese día me había levantado con mi lado mágico más abierto que nunca.
A lo lejos vi como se acercaba un autobús y la gente por las ventanas me miraba sorprendida- Era asombroso cuánta admiración estaba yo causando…
Estuve fuera poco menos de una hora y decidí regresar a casa para prepararme y sentarme a contarles a todos mi experiencia búdica. Busqué mis llaves en mi bolsillo, entré después de mi perro e inmediatamente corrí al espejo para ver cómo y de qué color estaba brillando y fue cuando me di cuenta de todo… Oh, por Dios!!! No era posible!! La margarita que corté del jardín me la había puesto en la oreja!!!! Ese era el asombro de todos los que me veían pasar… no tenía el aura como un santo, ni tampoco mi energía se desbordaba por mi piel, no había magia de cumpleaños, ni me bailaban hadas y duendes alrededor!!!! Todo fue sólo una ·&%$$·$·”!*/=?=()/(&/%& mariconada que me jugó mi inconciente…

Jajajajaja!!!!

martes, 5 de febrero de 2008

A ver si entendí bien... Algo así me dijiste la otra noche, tratando de explicarme las diferencias entre hombres y mujeres; son más fáciles de definir conforme pasa el tiempo y voy entendiendo más y más aquello que flota en sus mentes, que por lo general se basa en sexo y termina en sexo también (nada de extrañarse, las mujeres somos parecidas solamente que la mayoría lo niega por verguenza o por recelo a ser mal catalogada!!!! baahhh!!! puras y muchas mierdas!!!).

Me dices que aunque este siempre rodeada de masculinos y mi intención de entenderlos sea un gran paso, mi condición completa y efectivamente femenina domina del todo mi vida; qué triste!!! Me consideras demasiado mujer para ser hombre y demasiado femenina para poder cambiar mi forma de ser; aunque si aceptas que no soy para nada una mujer común. No puedo caer en lo normal y tampoco estoy en el límite del demasiado!!! Aunque te inquieta saber que la mayoría de mi ropa interior sea "pinky". Pero me encanta cuando me dices: - Sos más inteligente que la mayoría de las “bonitas”-, porque eso es una halago viendo de ti, que vives en un mundo inteligente y de perfección.

La verdad es que me aburren las chicas, por eso tengo mis amigos hombres, aunque de vez en cuando me encanta sumerguirme en ese terrorífico mundo femenino y buscar una complice para alguna de mis fechorías. Pero al final no logro entenderlas muy bien; yo por ejemplo, cuando me arreglo las manos no voy contando que lo hice y no es lo más importante del mundo lo que leí en la última revista Cosmo –aunque si a veces la lea-; solo que, definitivamente y eso no puedo negarlo, tengo el gen de los zapatos, que no es que sea algo absolutamente femenino pero si se encuentra más de nuestro lado genético, a acepción de algunos chicos que conocemos claro!!!!!

Bueno, me tratabas de "gurudizar" un tanto mi vida, un poco de revelación con sentido del humor, por supuesto (eso nunca falta entre nosotros). Me explicaste algo acerca de mi obsesión por los zapatos, por calzar siempre los pies perfectos… O sea el asunto es algo así como un complejo de Cenicienta muy inconciente que se vino a vivir conmigo sin que yo se me diera cuenta y esta manipulando mi existencia!! Jajajajaja…

Corrígeme si no me queda tan claro como tu me lo explicaste… Tienes todo el derecho de volver a escribirlo en caso de que no haya tomado en consideración todos los puntos y reflexiones al respecto.

“Para cada pie hay un zapato perfecto, es ese que no lastima, ese que es particularmente querido, ese zapato que hace que las cosas salgan bien, ese increíble zapato que hace que te sientas extremadamente cómoda y feliz.
En la búsqueda del zapato X conoces miles de zapatos de diferentes colores, estilos, diseños, tacones y tipos… Todos ellos están ahí para enseñarte que NO son tu zapato perfecto, pero igual lo calzas y muchas veces, aunque duelan, insistes en usarlos aunque no sean cómodos solo bonitos!! y ese es un mal femenino más común de lo que crees."

Llegando a la conclusión de que tu teoría Cenicentezca se basa en este zapato perfecto puedo opinar que:

Cenicienta no calzó jamás tantos zapatos como lo hacemos las mujeres modernas ; ), ella incluso no tenía zapatos (aunque si Disney la dibujó con mocasines negros, que no existían en esa época he de decirles). Simplemente no podía tener zapatos porque era la criada de su casa y en ese tiempo solo las señoritas, señoritos, señoras y señores tenían ese derecho. Pero en fin, lleguemos al grano del asunto, el día que ella calzó por primera vez las zapatillas de cristal que le regaló su maravillosa hada madrina – yo necesito una hada así- eran tan perfectas que la cabrona bailó toda la noche con estos zapatos de vidrio y no se le hicieron ampollas, y conoció a su hombre perfecto… Pero ahí no termina la historia: zapato perfecto = hombre perfecto?

Cenicienta bailó y bailó toda la noche (qué ahogo!!!) y conoció a este super sexy, cotizado, guapo y millonario hombre que se enamora de ella instantáneamente y queda prendido de su belleza y su encanto.

Llegando a este punto, era así la historia Javi? Entonces la hipótesis es: Debes encontrar el zapato perfecto para encontrar a tu hombre ideal? Jajajajaja!!! Qué bueno!!!!

He de explicar que parte de la magia sería perder el zapato en la escalonada salida y hacer que vuelva a vos, porque perder una zapato de ese calibre debe ser una verdadera tristeza!! Pero hay que hacer, además, que regrese con todo y hombre, que sea él quien te lo ponga y no quien te lo quite, como ya estamos acostumbradas.

Ah, pero seguramente te cuestionas y tenes la misma pregunta que yo hice: Qué pasaría si mi zapato perfecto fuera una bota? Cómo hago para perderla en el camino de regreso y que la recojan y me la lleven de vuelta? Jajajajaja!!! Pues la respuesta fue muy clara:

-"Nada de botas!!!! Estamos hablando de calzado, zapatillas que sean perdibles, zapatos que te queden bien solo a vos, que a las otras no les quede y que se quejen de dolores inhumanos en sus pies pero a vos te calzan de maravilla, como si anduvieras almohadillas en los pies en lugar de tacones número 10…"

Será por eso que cada vez que veo un par de tacones tengo que probármelos? Será que estoy esperando a que mis zapatos mágicos aparezcan y me traigan consigo a un príncipe encantado?. Entonces, aunque cueste de aceptar, será que todas las adictas a los zapatos todavía creemos en cuentos de hadas?

Menos mal que me dio por buscar príncipes entre zapatos Aldo Conti y no me dio por hacer lo de la Robert en Pretty Woman!!!! Sin ánimos de ofender por supuesto!!!!

Y sabés? tengo la esperanza de encontrar al mío pronto… porque ya no me caben los zapatos en los armarios…

sábado, 2 de febrero de 2008

Otra más



Te acuerdas de la pobre Penélope con sus zapatos de tacón, su bolso de piel marrón y su vestido de domingo; sentada la pobre infeliz en la estación del tren esperando por no sé cuánto tiempo a que volviera eso a lo que esperaba. Cuántos días, meses, años estuvo ahí estada por horas viendo llegar a la gente y en su mente ni siquiera sabía a ciencia cierta que era aquello que esperaba.
Ayer me sentí un poco perdida, algo así como una Penélope sentada sin saber qué estoy haciendo, con mis zapatos de tacón, con mi bolso de piel solo que no tenía ropa de domingo,-hace rato que nadie tiene ropa de domingo, eso se quedo en la infancia-; pero igual visto de “domingo” todos los días; que no se diga que no he aprendido mucho del fashion de mis amigos; sería una vergüenza extrema no dar lugar a todo lo que me han enseñado en el transcurso de los años que hemos convivido; bueno ellos me enseñaron más que de moda o de zapatos, la verdad me enseñaron a combinarme el alma, a que los colores que brillo vayan de acuerdo a los colores del fondo, a los de mis pensamientos, a los de los sentimientos que engendro desde lo mas profundo de mí.
Así que ahí estaba yo, sólo que yo no guardo silencio por tanto tiempo, creo que ninguna mujer lo logra, sólo la de esta canción. En fin, me permití abrir un pedazo de alma contigo, para que lograras ver más allá de lo que usualmente permito. Hablamos de oportunidades, de los momentos en que debería ser más yo y menos miedo; me dijiste cosas hermosas en los silencios y las risas, te permitiste escucharme por un momento y llenarme de abejas las orejas para que me hicieran cosquillas. He de confesar que converso mejor contigo que conmigo misma; yo en cambio me traiciono!!! Qué obsceno verdad!!! Pero es que me meto ideas en la cabeza que trastornarían a cualquiera y muchas veces, aquí viene la peor parte, lo hago adrede, masoquista innata jajajaja.... me hago tormentas de ideas y tornados de pasiones que se llevan todo a su paso.
Entonces estoy un poco como Penélope, esperando que llegue algo nuevo y no tengo la menor idea de qué es. Y es que talvez en mi furia de los días de esperar ya te he visto pasar y me he hecho la loca o talvez no tengo que ver nada más allá de mis ojos y es a mi misma a la que estoy buscando con desesperación. Si me pongo a analizar los hechos, si entro en mil detalles, me doy cuenta que la que más perdió fui yo! aunque haya salido ganadora de la batalla y aunque si yo conservo todo lo posible que pueda conservarse después del tornado que se fue a provocar.
Tengo mis confesores, a todos les confieso lo mismo… hoy eres uno de ellos; y es que yo me ato sus consejos con cordeles y me los cuelgo de las manos, a veces del cuello como arma homicida para que me recuerden aquello que debo o no debo hacer, porque ya te dije: mi otra yo es una infeliz traicionera, le encanta hacerme sufrir con sus palabras y me llena de estúpidos el corazón; no hablo de gentes sino de ridiculeces de esas que me regaño cuando no brillo, cuando me quedo gris sumida en mi misma.
Tengo el problema de ser muy terrenal, o mejor dicho muy carnal. Tengo el problema o la dicha de haber crecido con hombres y poder entender eso que sienten; me han heredado una pequeña parte de su capacidad genérica de dividirse entre cuerpo y alma, cosa que a las femeninas les es imposible, bueno por lo menos a la mayoría, que sufren por amores fallidos de momentos nocturnos donde no se dio más que un intercambio por un instante, por ese momento, de energía. Las he visto llorar tristes por esos “amores” perdidos que llaman…
Yo me he quedado tantas veces sin palabras… Esa es mi forma de ser que te confunde, la que al mismo tiempo te hace acercarte a mi y sentirte en casa; que me dices que me ablando contigo y eso no es cierto, eres tu quien se siente blando conmigo aunque no lo confieses; porque no tienes que jugar el papel del duro, de eso me hago cargo yo. Y yo me doy la vuelta y me duermo cuando ya no me respiras. Pero también soy la que ama con fuego y se derrite entre tus brazos, esa que ama porque quiere sentir amor; la que ama porque me llenas de mariposas el estómago y me salen por la boca en forma de besos; la que ama y se queda niña otra vez.
Yo me quede dormida en una banca de una X estación por mucho tiempo, fui una más; me quedé esperando que la vida llegara y no me había dado cuenta que estaba ya en ella y que jugaba conmigo.
Hoy me levante de mi banca; acomodé y desempolvé mi vestido para que luzca mejor que antes, mejor que nunca; que me de cierta gracia al caminar. Limpié mis zapatos de tacón con mis manos y sujete fuerte mi bolso; respiré profundo, arreglé mi cabello, le di un retoque a mi maquillaje y me fui a buscarte, he empezado a caminar entre la gente. Me he comprado un café sin azúcar –lo amargo me hace despertar-, lo he tomado mientras andaba; me he visto reflejada en los cristales de las vitrinas y he visto en el reflejo, eso a la que estaba buscando…