martes, 23 de octubre de 2007


A veces me da por caminar a pies descalzos para sentir el suelo, para tener un instante “mis pies sobre la tierra”, para sentir como el frío entra y recorre mi cuerpo.
A veces me da por mojarme cuando llueve para sentirme más flor y menos persona, para sentir que me deshago, que me derrito entre las gotas que tocan mi cara. Me gusta sentir la lluvia sobre mi espalda y sobre mi cara.
A veces me da por reír, por convertirme en un sifón de risas sin sentido, drogada de la vida que me da bofetadas y si lloro me consuela la música de mis carcajadas.
A veces me da por amarte, por querer que seas mío, por esconderme detrás de las palabras. Me da por decirte que te amo y te necesito cuando no necesito nada. Y me hundo entre tus brazos y me hago pequeña, aunque me sienta yo inmensa por dentro, te dejo para que tu te eleves como un árbol.
A veces me da por guardar silencio, por buscar espacios, por tender mi mano, por tocar tu cara. Me da por suspirar, por pensar de menos y preocuparme poco…
A veces me da por ser amante, por ser almohada, por ser solo madre, por ser una niña; me da por ser un gato…
Me da por escurrirme entre tus sueños, por escaparme de tus manos, me da por la infidelidad, por el poco pensamiento y menos remordimiento…
A veces me de por acostarme en la hierba, por sentir al viento como tu respiración pesada en mi pecho, y los dejo acariciar mi cara, mi vestido, mi pelo.
A veces me da por sentir menos, por tratar de olvidar todo lo que he hecho. Me da por desperdiciar segundos imaginando mis sueños, volando el tiempo que se escapa de mis manos.
A veces me da por buscarte con desespero aunque sepa que no te encuentro porque no te busco como es debido, porque me quedo mirando el vacío, llamando tu nombre en silencio.
A veces me da por la soledad, por el desahogo, por los desiertos, por los declives, por los momentos…

sábado, 20 de octubre de 2007

Traición

Para muchos podría sonar un tanto loco de mi parte, pero me encierro en relaciones fracaso, asi las llamo. Tiendo a hundirme y profundizar con hombres que dan poco, tan poco como yo quiero, tan lejanos como yo algunas veces, tan temerosos a dar como lo he estado yo siempre.
La parte a la que llamo mi vida poética me araña la cara cada vez que salgo a la madrugada y espero que el amor me desabroche en la espalda la capa que cubre mi cuerpo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Hojas Secas


Acostumbro a utilizar metáforas al hablar, por lo general son la mejor forma de explicar lo que me pasa por la cabeza. Talvez son el recurso más a la mano que tengo para hacerme entender de una hermosa forma y abrir mis palabras como alas de mariposa en la mente de quien me lee.
“En la vida somos hojas secas bailando al compás del viento”. Utilicé recientemente esta metáfora, pero cuando la dije pensé realmente en una bolsa vacía, de esas que tira la gente en la calle; y el viento no se contiene las ganas de hacerla bailar y danza con ella por horas, por días hasta que queda exhausta la pobre y se deja caer abandonada en algún rincón, acera o alcantarilla.
Bailamos al compás de la vida y esta nos mece. Dicen que el destino no existe y aún así luchamos incansablemente contra él tantas veces haciéndonos daños, produciéndonos angustias. Me he dejado guiar tantas veces por esas congojas, y como buena humana me he rendido algunas veces ante ellas…
Cuando utilicé esta frase yo trataba de explicar a un pequeño como me las arreglo para vivir, me dijo que la vida de los adultos es demasiado complicada –gran sabiduría encierran los niños en sus mentes puras y virginales, lejos de esto a lo que nosotros llamamos vivir-. Pues quise decirle con mis palabras, de una forma poética, casi romántica que hay que dejarse llevar por los caminos sin oponer resistencia; eso sí por buenos caminos o por aquellos que creas convenientes de caminar o mejor de volar.
Me preocupo tantas veces por cómo me veo, cómo estoy, cómo voy o cómo llego… Me preocupo tantas veces por esos absurdos, por pedazos de pasados que son ya historia, me preocupo por vivir la vida y la voy dejando atrás cada día un poquito más.
Quisiera tomar a pecho eso de ser una hoja, simplemente empezar a entender: todo se resume en crecer, cambiar de color y caer… Solo que las personas tardamos demasiado en crecer, mas tiempo aún en cambiar de color.
Quiero dejar solo que el viento me roce y después a la altura de la vida donde comprendí que es vivir realmente dejarme llevar segura, jugar, bailar alegre, flotar y en algún momento imagino que esperar el lugar aquel donde llegaré a caer y volverme tierra.