
A veces me da por caminar a pies descalzos para sentir el suelo, para tener un instante “mis pies sobre la tierra”, para sentir como el frío entra y recorre mi cuerpo.
A veces me da por mojarme cuando llueve para sentirme más flor y menos persona, para sentir que me deshago, que me derrito entre las gotas que tocan mi cara. Me gusta sentir la lluvia sobre mi espalda y sobre mi cara.
A veces me da por reír, por convertirme en un sifón de risas sin sentido, drogada de la vida que me da bofetadas y si lloro me consuela la música de mis carcajadas.
A veces me da por amarte, por querer que seas mío, por esconderme detrás de las palabras. Me da por decirte que te amo y te necesito cuando no necesito nada. Y me hundo entre tus brazos y me hago pequeña, aunque me sienta yo inmensa por dentro, te dejo para que tu te eleves como un árbol.
A veces me da por guardar silencio, por buscar espacios, por tender mi mano, por tocar tu cara. Me da por suspirar, por pensar de menos y preocuparme poco…
A veces me da por ser amante, por ser almohada, por ser solo madre, por ser una niña; me da por ser un gato…
Me da por escurrirme entre tus sueños, por escaparme de tus manos, me da por la infidelidad, por el poco pensamiento y menos remordimiento…
A veces me de por acostarme en la hierba, por sentir al viento como tu respiración pesada en mi pecho, y los dejo acariciar mi cara, mi vestido, mi pelo.
A veces me da por sentir menos, por tratar de olvidar todo lo que he hecho. Me da por desperdiciar segundos imaginando mis sueños, volando el tiempo que se escapa de mis manos.
A veces me da por buscarte con desespero aunque sepa que no te encuentro porque no te busco como es debido, porque me quedo mirando el vacío, llamando tu nombre en silencio.
A veces me da por la soledad, por el desahogo, por los desiertos, por los declives, por los momentos…
A veces me da por mojarme cuando llueve para sentirme más flor y menos persona, para sentir que me deshago, que me derrito entre las gotas que tocan mi cara. Me gusta sentir la lluvia sobre mi espalda y sobre mi cara.
A veces me da por reír, por convertirme en un sifón de risas sin sentido, drogada de la vida que me da bofetadas y si lloro me consuela la música de mis carcajadas.
A veces me da por amarte, por querer que seas mío, por esconderme detrás de las palabras. Me da por decirte que te amo y te necesito cuando no necesito nada. Y me hundo entre tus brazos y me hago pequeña, aunque me sienta yo inmensa por dentro, te dejo para que tu te eleves como un árbol.
A veces me da por guardar silencio, por buscar espacios, por tender mi mano, por tocar tu cara. Me da por suspirar, por pensar de menos y preocuparme poco…
A veces me da por ser amante, por ser almohada, por ser solo madre, por ser una niña; me da por ser un gato…
Me da por escurrirme entre tus sueños, por escaparme de tus manos, me da por la infidelidad, por el poco pensamiento y menos remordimiento…
A veces me de por acostarme en la hierba, por sentir al viento como tu respiración pesada en mi pecho, y los dejo acariciar mi cara, mi vestido, mi pelo.
A veces me da por sentir menos, por tratar de olvidar todo lo que he hecho. Me da por desperdiciar segundos imaginando mis sueños, volando el tiempo que se escapa de mis manos.
A veces me da por buscarte con desespero aunque sepa que no te encuentro porque no te busco como es debido, porque me quedo mirando el vacío, llamando tu nombre en silencio.
A veces me da por la soledad, por el desahogo, por los desiertos, por los declives, por los momentos…