martes, 28 de agosto de 2007

Soñé con Libélulas

Anoche soñé con libélulas de colores: amarillas y azules, otras eran verdes y rojas. Ellas volaban juntas y nos rozaban los cuerpos. Soñé que estos simpáticos animalitos trataban de decirme algo y estabas vos en mi sueño, casi como un fantasma; sabía que estabas ahí, te sentía y hasta te podía oler, pero no hablaste –solo te quedaste parado junto a mi, observando las libélulas que volaban y hacía toda clase de piruetas en el aire, algo así como una danza de amor-.
Durante el sueño no hablamos, me di cuenta de que me sujetabas la mano porque podía sentirte, pero era como si me sujetase yo misma y las hermosas libélulas seguían volando cerca de tu auto, aquel que tenías cuando te conocí.
Siempre he sido una persona muy inconstante con mis deseos, me confundo, me distraigo fácilmente de mi objetivo; dicen que padezco de algo llamado DA (déficit atencional para los psicólogos), yo lo veo como una forma de no apegarme demasiado a las circunstancias, eso me lo enseñó la vida desde mis primeros pasos cuando desdichadamente perdí la escalera que me llevaba al cielo y tuve que aprender a subir por otros medios.
Pues esta mañana curiosamente, cuando desperté y me acordé de mis viajes nocturnos en el que estuviste, se me ocurrió buscar el significado de tan hermoso sueño y adivina que encontré, pues esto que te escribo a continuación:
Significado de soñar, sueño con, sueños de Libélula
Inconstancia en las decisiones y en los actos que realiza. Su imaginación no puede permanecer fija en un objetivo preciso y consagrarse a él hasta su conclusión. -

Entonces me pongo a pensar en eso de que las casualidades no existen, será que la ambivalencia de mis sentimientos hacia ti es tan grande que me vuelan libélulas en los sueños, que ellas revolotean y se aman entre sí para recordarme esta sensación extraña que dejamos uno en el otro?
Pues bien, de la forma que fuese, no quiero analizar demasiado lo que me pasa porque prefiero tantas veces no entender para nada las cosas que me pasan. Dejar que algunos recuerdos se los lleve el viento, que se vayan volando como mis libélulas por los aires felices y juguetonas.

Este cuento lo hizo mi mariposa para mí, qué orgullo!!!!

Mi mamá y yo

Mi mamá vivía en un sueño fantástico de un castillo que en el sueño ella era la reina y yo era la princesa éramos muy felices y nos amábamos muchísimo entonces vino un pegaso rojo. Era del amor era hermosísimo y nos montamos en el entonces nos llevo a un mundo nuevo. Donde habían: Duendes, Unicornios, Fénix y Pegasos. Regresaron y no había nadie entonces regresaron al mundo nuevo y ahí estaban todos jugando con los duendes, unicornios y los pegasos de muchos colores como: rojos, azules, verdes, celestes, amarillos, anaranjados, rosados, lilas, morados, dorados, plateados, blancos, grises y cafés hice quedaron viviendo ahí.
fin

Hice este cuento para ti para mi amada
Mamá
Eres la mejor mamá del mundo entero

viernes, 24 de agosto de 2007

Sóplame la cara, así podré saber que eres tu el que vino a verme,
sentiré tu perfume cálido y blanco entre mis sábanas.
Respiraré despacio y te colaras en mi aliento,
serás quien susurre mis oraciones esta mañana.

Poesia

Estrellada Magdalena de desilusiones,
mi tu, mi yo, mi vida completa refractada en estos espejos de vida;
totalmente desnuda de almas y cuerpos desprotegidos por el tiempo.
Qué traes para contarme?
Cuáles son hoy tus secretos?
Margarita ajena llena de lunas y nubes y estrellas,
me dejaste en alta mar sola y sin aliento;
paloma que se escapa y vuela.
A dónde me guiarán tus pasos?
Dónde escondiste mis sueños?
Que sin sentido me has dejado en este campo de promesas,
invadida de tus besos y todas tus cosechas.
Atada de manos, alas y cuerpo,
inundada de adjetivos y piezas de rompecabezas,
vacía un poco
aunque si mi copa está llena,
buscando muros donde pegar estas siluetas...

Amaneceres

Hoy por hoy es un día normal, me he despertado, me quité un poco el pelo de la cara, traté de estirarme y medir la calidad de energía con la que amanecía. Te miré a mi lado y estabas todavía dormida, entre bostezos y mucho sueño te has despertado y me miraste a los ojos y desenvolviste tu cuerpo de mariposa recién nacida, ahí estabas toda tu en tu esplendor de los días dormidos, esperando ver el nuevo día que se refleja por la ventana de mi habitación, aún en medio tinieblas y sin ganas de despertar.
Entonces traté de levantarme y estirarme un poco, estabas tan bella entre dormida y despierta, tratando de hablar conmigo de algo de tus sueños, algo así como que soñaste con cometas y cosas de esas con las que sueles soñar mi niña tierna, - pensar que por lo general yo sueño pesadillas y monstruos que me persiguen, momias y gritos-. En fin me contabas cosas extrañas de ese planeta al que vas cuando te soltás de mis brazos y viajas despacio por entre las nubes. Luego, entonces me levanté despacio y me senté en la cama mientras tu hacías volteretas y sonreías espacio. Busqué mis pantuflas, que no sé por qué diablos amanecen siempre en un lugar distinto al que las dejé la noche anterior – tu, mi pequeña, me dices que son los duendes- Entonces logré ponerme en pie y caminé hasta el sanitario donde todos los días veo reflejado mi rostro en el espejo que se asustará seguro de verme. Mientras cepillé mis dientes entraste cuatro veces a contarme que tienes una nueva amiga, que quieres ir de compras, que te peinarías distinto esta mañana y que los zapatos nuevos te lastiman; todo lo escuché con atención mi precioso caramelo y te miraba atenta mientras hablabas para entender bien tus muecas, esas que haces al hablar y ni te das cuenta.
Más luego bajé a desayunar y ya habías puesto el café y habías sacado los huevos, me hiciste mil preguntas a las que repondí la mitad, me hiciste reír un poco y luego bailamos esa canción de la radio que tanto te gusta.
Qué poco recuerda la gente de sus amaneceres, yo sin embargo los archivo cada uno como mis tesoros, especialmente porque estas vos en todos ellos con tus bromas y tus tristezas y hasta esos días de mariposa enferma que no logro comprender al 100 por ciento, pero en fin quién soy yo para apagar las luces y dejar de creer solo porque un día a dos te sintás diferente, algo afectada, furiosa y desastrosa. Seguramente yo también tendré de esos días y vos te haces la indiferente, me sonríes igual, me abrazas igual y me buscas igual, esperando que en algún momento de lucidez te de la mano y te diga alguna que otra cosilla de esas que te hacen sonreír y estar loca conmigo.
Cuántas veces mariposa me llenas la cabeza de flores y estas me perfuman hasta el alma. Cuántas veces mi vida depende de esa sonrisa cuando me levanto. Hacia dónde caminaría yo sin tus manos que guían mi destino?



Para Isabella con amor….